La obra de cámara o petit piece, La Felicidad de las Tórtolas, con presentación en la sala de Espacio Taller (ex Siglo XX Yolanda Hurtado) escrita por Ximena Carrera, y con las actuaciones de Ximena Carrera y Felipe Zambrano y dirigida por Sebastián Vila; es una acertada y lúcida reflexión sobre la condición humana que posee el don de crear.
Pero, ¿crear que?
El ser humano ya soluciono la etapa de crear y confeccionar insumos para subsistir y llevar una existencia plena. Podríamos decir que: las necesidades externas, formales, han sido cubiertas en todo ámbito y aspecto. Pero no así las necesidades internas, conceptuales, intelectuales; que siguen indagando en la lógica de las respuestas a esta inquietud que tiene muchas explicaciones, pero que aún no satisface del todo ninguna.
Un invento para sobrellevar la existencia terrenal es la creación de una realidad paralela. Realidad cuyo objetivo último es escapar de lo anteriormente creado, pero ya no es suficiente por agotarse su utilidad al exprimir sus posibilidades. Incursionar en otros espacios y dilemas más agradables y estimulantes, con nuevos desafíos y enigmas a resolver, es lo que renueva y amortigua la perdurabilidad de la curiosidad.
Porque en simple eso es la creación, un problema, un desafío y una inquietud a resolver.
El personaje femenino de esta obra (en doble militancia de autora y personaje) está luchando con esos vericuetos existenciales, ya que ella es escritora y un personaje masculino se rebela ante sus decisiones. Rebelión que la mantiene en una disyuntiva por el desafío que significa enfrentarse a sí misma a través de un personaje que cuestiona constantemente sus decisiones.
En resumen, la obra es un encuentro entre una escritora y su criatura. Pero la criatura se rebela ante el destino y al hacerlo, pone en jaque a la autora. Destino y resolución con final impredecible.
¿Habría sido más fácil y simple la resolución si el personaje creado fuera mujer? ¿Ya que el personaje ficticio creado pertenece al sexo másculino, lleva en sí mismo una negación a los deseos de su creadora? No sabemos y la narración no indaga en esa arista.
La creación tiene mucho que ver con los demonios que al artista lo invaden y estos al adquirir vida por mano ajena, se rebelan ante su creador. Es lo que el ser humano se ha estado preguntando desde que adquirió conciencia. ¿Fue evolución o fue creado por un ser superior? ¿Intervinieron los dioses en su creación y porqué? ¿Cual es el destino que me designaron? ¿Puedo decidir el final?
Son inquietudes que quedan sin una respuesta satisfactoria y que esta pieza nos interpela, una vez más. Dado que la autora, cuyos anteriores trabajos son: Medusa (2010); Lucía (2015); se atreve con un tema que requiere mucha reflexión y madurez para abordar las diferentes ópticas y versiones que ha ido respondiendo sin lograr unanimidad: la ciencia, la religión, la filosofía; a lo largo y extenso de la historia humana.
Para la ciencia es evolución. Para la religión es mandato divino y la filosofía se pregunta porqué y para qué.
La historia del teatro carga con un referente cercano en la pieza de Luigi Pirandello, Seis Personajes en busca de un Autor. Personajes que buscan a un autor para que les confiera la oportunidad de contar su historia. En el cine, encontramos la película del director Ridley Scott, Blade Runner, donde un ser creado por la ciencia busca a su padre.
Consignar que para estas disquisiciones arquetípicas se necesita una mesa, dos sillas y la postura inclaudicable de los argumentos; que es lo que sucede en la sala del Espacio Taller, que se adapta muy bien a los argumentos que los personajes, encarnados por la actriz Ximena Carrera y el actor Felipe Zambrano, siendo precisos en sus roles, donde ella va inquiriendo las motivaciones de su personaje de forma rápida y fluida; y él que se niega a aceptar el destino escrito, realizan actuaciones cercano a la perfección, acompañados de diálogos inteligentes y maduros van entregando las motivaciones de uno y otro lado sin favorecer a nadie, para concluir que estas respuestas no satisfacen ninguna interrogante y van a seguir quitándole horas al sueño profundo aventurando cuál es la realidad y cuál es la ficción.
FICHA ARTÍSTICA: Dramaturgia: Ximena Carrera Venegas. Dirección: Sebastián Vila. Elenco: Felipe Zambrano y Ximena Carrera Venegas. Diseño integral: Gabriela Torrejón. Fotografía: Rodrigo Vega. Producción: Cía La Trompeta