Tosca es una ópera creada musicalmente por Giacomo Puccini, basada en el libreto de Luigi Illica y estrenada en 1900. El relato comienza con un prisionero prófugo entrando a la iglesia y pidiéndole ayuda al pintor Mario Cavaradossi. Éste accede, pero lo oculta de su amante Floria Tosca, quien destella de celos porque sospecha que Mario tiene escondida a otra mujer. Cuando se destapa la verdad, el jefe de la policía, el Barón Scarpia, encierra a Cavaradossi y comienza un chantaje hacia Tosca que continúa con desgracias,infortunios y traiciones.
La obra inicia con un primer acto lleno de intriga, apenas esbozando la tragedia. En los primeros minutos de la historia queda sellado el destino de los amantes Floria Tosca y Mario Cavaradossi.
Las voces de los artistas fueron acompañadas por la dirección musical del italiano Roberto Rizzi Brignoli, quien fue aplaudido cada vez que hizo presencia a los pies del escenario. Casi poéticamente, pareciera que era la persona precisa para dirigir un melodrama trágico basado en sus orígenes.
El balance de elementos escenográficos fue satisfactorio en cada momento del acto, especialmente al final cuando la voz del jefe de la policía, el Barón Scarpia, quien fue el verdugo de este romance, se fusionó con la sinfonía resultante de la experta batuta de Roberto Rizzi, creando un cierre del primer acto realmente apasionante.
Los cantantes líricos por su parte, moldearon los personajes de la manera más expresiva posible. Esto se evidencia notoriamente en el lenguaje corporal del sacristán que, en el primer acto, dialogó con Mario, quien lo contradecía y se notaba exhausto de la discusión con sus gestos, lo cual se hizo notar como un acierto para denotar las emociones de los personajes, además de la voz.
Antes de comentar el segundo acto, se debe mencionar el trabajo de Francisco Krebs, quien es el director de escena. Una persona que se describe así misma como un artista joven y disciplinado, dos cosas que se hicieron notar en el resultado de su dirección con Tosca, y la construcción de personajes que lograron estremecer al público. Sin embargo, el segundo acto que sería el punto de quiebre fuerte entre la cotidianidad y la tragedia que caracteriza la historia, a cada minuto se volvía más y más chocante, pero sin la sensación de un final.
La confesión de Tosca y el encarcelamiento de Mario que lo sentencía al fusilamiento, dio pie a la negociación de Scarpia, quien pide tener un encuentro carnal con Tosca a cambio de la libertad de Mario. El semblante duro del Barón lo hace ver como un hombre de intenciones malignas desde el primer momento en que se hace notar en el escenario, y el espectador queda intrigado esperando resultados fatales. Tosca se niega al trato durante gran parte del acto, pero Scarpia se acerca a ella y le levanta el vestido una y otra vez, buscando oprimir a tomar una decisión que le favorezca a él. Una escena que erizó los pelos la primera vez, pero que a medida que avanzaba el acto, se volvió repetitiva e irreal, aunque manteniendo el semblante de Scarpia como un personaje violento y abusador.
Aún así, al ser un acto tan denso, se debe destacar que se mantenía al público en alerta. El resultado fue una actuación que mantuvo la magia del momento, pero que al finalizar la obra, dejó la sensación de que existía un margen mayor para conservar la crudeza de la época en que se basó, es decir, a finales del siglo XVIII. Si bien se debe recordar que esta es la versión de Francisco Krebs y que se adapta a los ideales de la actualidad, también es importante mantener un comportamiento coherente con el semblante del personaje que construyó, en este caso, el malévolo Barón Scarpia.
Finalizando el acto, se mantiene la incertidumbre después de que Tosca accediera a
entregarse a cambio de salvarle la vida a su amado Mario. Sin embargo, cuando Scarpia termina de redactar la orden para cancelar la ejecución, Floria Tosca toma un cuchillo y apuñala a Scarpia, dándole fin a un acto dramático con luz tenue y velas en el piso junto al cadáver de quien fue el jefe de la policía. Una imagen que dejó exaltado a más de uno, cuando se cerró el telón.
En el tercer acto los amantes se reúnen en el calabozo, y Floria Tosca le cuenta a
Cavaradossi lo ocurrido, junto a la buena noticia sobre la cancelación de su ejecución. Posteriormente, le pide a su amado fingir su muerte para no levantar sospechas ante el resto, con la promesa de huir juntos.
Tosca es un drama poderoso, violento y trágicamente mortal, donde los tres personajes principales mueren de distintas maneras, incluyendo al responsable de aquel giro en sus vidas. La culpa de la tragedia es el resultado de ello, un final que resultó ser interpretado de forma impecable, y que compensó el valor de una obra tan clásica y reconocida mundialmente.
VALERIA ALCÉRRECA. Periodista