Claudio Santana Borquez es un artista escénico titulado de la Universidad Arcis. Actualmente se desempeña como Académico en la Universidad De Playa Ancha en la región de Valparaíso, donde también reside. También es fundador y director creativo de Performer Persona Proyect; grupa humanx que insiste en proponer y descubrir con cada una de sus obras nuevos lenguajes escénicos, mismos que han conformado la trayectoria por más de una década de este contundente proyecto.
Su vasta trayectoria nos demuestra el entramado discurso y potente ejecución del estudio de su propia metodología al servicio de lo escénico. Principalmente Claudio se ha aventurado en abordar las corrientes de grandes teóricos teatrales. El Laboratorio Permanente di Ricerca sull’Arte dell’Attore, dirigido actualmente por Domenico Castaldo, centro experimental en confinamiento que considera las prácticas experimentales de Jerzy Grotowski fueron parte importante del aprendizaje de Santana.
Cabe mencionar su paso por la Universidad Arcis dónde recibió instrucción de importantes formadores escénicos como lo son Amilcar Borges, Alejandra Gutierrez y Enzo Cozzi, por mencionar algunos.
Entre sus obras de performances podemos encontrar “Barranco” (2020-unipersonal), “El amable desarme del Yo” (2018), “Lucidez en la huella del Performer”; también mediante espectáculos, como en: “Perdiendo la batalla del Ebr(i)o”(2014) o “Falsificadores del alma” (2016).
Actualmente se encuentra preparando su próxima temporada de la última obra perteneciente a Performer Persona Proyect que lleva por título BARRANCO.
BARRANCO: escrita,dirigida e interpretada por Claudio Santana.
Lo primero que vi fue un espacio vacío, recordé mis estudios de Peter Brook el cual fue citado en la ejecución prolija de Santana. Lo segundo, un cuerpo al borde, al límite, en el precipicio, en el extremo de lo desconocido y relativo a la existencia, expresando en cantos y movimientos, lo que podría provocar la caída a este abismo poético.
La autenticidad en la manera de contener esa verborrea narrativa escénica e ininterrumpible de Santana, es lo que identifíco como enlace en el lenguaje de PPP presentes en obras anteriores.
Un cúmulo de acciones sin término definitivo.
Un abismo del ser.
Una caída al principio de sí mismx.
Y lo que podría ser en un lenguaje escénico la ayuda mutua entre un puente, un puente escénico, un contexto, una época y un teatro.
Agradezco al Teatro del Puente por hacer frente a la violencia con apoyo mutuo y solidaridad y a Claudio por ser puente escénico y memoria.
La siguiente es una entrevista exclusiva que nos concedió Claudio Santana, a la revista SATCH.cl
1. Para ir conformando un conocimiento cabal de tu arte performático ¿cómo se gesta y conforman los orígenes del ppp?
El Performer Persona Project´s comenzó su camino en el año 2010, cuando yo todavía era miembro del Laboratorio Permanente di Ricerca sull’Arte dell’Attore (Labperm) en Italia. En ese momento había tomado la decisión de volver a Chile después de dos años de trabajo en dicho laboratorio, lo cual y desde mi experiencia, fue un grato enclaustramiento dentro de una práctica dedicada en específico al arte del actor/actriz, lo que requería inmersión física y mental a tiempo completo.
Puedo decir que este centro de trabajo proviene de la tradición de Jerzy Grotowski. Domenico, su director artístico y guía de las prácticas, fue su pupilo directo en los 90’s al interior del Workcenter de Jerzy Grotowski y Thomas Richards. Lo que se hace dentro del Labperm es algo así como una transfusión de sangre, así fue como Domenico me lo describió en una de nuestras primeras conversaciones. La dedicación en cuanto a tiempo es de 8 a 10 horas por día, 6 veces por semana, donde lo central es el proceso del actuante y su compenetración consigo mismo/misma mediante el canto tradicional, el entrenamiento físico, las acciones y el silencio del pensamiento. Esta entrega absoluta al oficio práctico genera una transformación en tu sensibilidad artística y humana, abre tu campo de elaboración y lo conecta con el instinto. Para ser claros, no se trata de una escuela con profesores y extensas charlas sobre lo que se quiere hacer. Tampoco es un lugar de devoción a los maestros. Y menos un sitio de adquisición de habilidades, entrenamientos o teorías. Es un laboratorio en la más pura y rudimentaria expresión del mismo: se practica y se practica y se practica; no se habla de lo que se practica, sino que se observan y se elaboran los detalles precisos de aquello; y cuando acontece lo que acontece, entonces también es el silencio el que lo cobija. Es real para quien lo vivencia y también es realidad palpable para el conjunto de personas involucradas. Más o menos esto es lo que viví yo ahí dentro.
Por otro lado y para ser justos, las ideas envueltas y revueltas en mi trabajo y que hacen su aporte en el PPP, tienen también orígenes en mi paso por el Teatro de la Dramaturgia Corporal de Amilcar Borges, entre el ‘99 y el ‘02, del cual fui miembro fundador, donde igualmente hubo prácticas de silencio y claustros con una dedicación al cuerpo muy seria y transformadora. Así mismo, durante algunos años fui director de la compañía Teatro de la Peste en Santiago, desde el ’02 al ’06, con la cual las ideas sobre la cuerpa y el contacto estrecho con el público me llevaron a concebir un teatro más bien crudo y directo sin elementos de efectos escénicos sino que buscaba que el actor/actriz y su hacer fuesen el centro de la acción.
No puedo obviar que tengo influencias de varios profesores de la escuela del Arcis dirigida por Alejandra Gutiérrez, por ejemplo, Enzo Cozzi y las propuestas de actos irrevocables, donde mi acción pública sobre ese tema casi me cuesta la expulsión de la universidad. Así mismo, la mística de María Elena y Gloria María Martínez, “las cubanas” fueron significativas para mi actual quehacer.
Finalmente, y para hacer este relato más breve, el 2006 conocí a Souphiène Amiar, ex miembro del Workcenter de Grotowski y Richards, quien me devolvió a mi lugar de practicante en un momento de feroz crisis sobre mi arte. El 2008 me fui de Chile en busca de Grotowski, pero evidentemente estaba muerto, en su lugar encontré varias personas del hacer y del oficio con quienes compartí tiempo, cuerpa y corazón que fueron definiendo mi presente, entre ellos Grzegorz Ziolkowski de la Universidad Adam Mickiewizc y Monika Blige del Grotowski Institute.
Por lo tanto, y después de contarte un poco de donde se nutrió mi mirada sobre la práctica de actuante, el PPP viene siendo la práctica y ética más orgánica para continuar mi búsqueda sobre “aquello”, o ese “algo”, que comparece cuando las personas se envuelven en el proceso vivo de la acción, acción entendida como el hacer que conecta al cuerpo/cuerpa con la mente y el corazón de quien la hace, por consiguiente, no me refiero a una acción representativa o dramática, sino que a una acción realizativa, es decir, que produce un efecto vivencial de apertura y liviandad en la persona, y que tiene la potencia de la transmutación y, a la vez, ofrece un espacio de autoconocimiento y de conocimiento de tu propia artesanía y propio modo de hacer.
El PPP se desarrolla a través de performances tales como, “Barranco” (2020) o “El amable desarme del Yo” (2018); también mediante espectáculos, por ejemplo: “Perdiendo la batalla del Ebr(i)o”(2014) o “Falsificadores del alma” (2016), esta última mencionada para mejor montaje del año en Santiago por el Círculo de Críticos de Espectáculos.
Además, hemos desarrollado desde el 2015, los Encuentros Fronterizos, los cuales son encuentros de trabajo con otras compañías o laboratorios invitando a la comunidad de participar. Los hemos hecho en Chile, Italia y en Polonia con cinco versiones.
Por último, tenemos varios artículos académicos y conferencias que dan cuenta de nuestros más de 10 años de trabajo en este campo.
El PPP está conformado por Francesca Bono y Juan Pablo Vásquez, llevamos unos 8 años juntos aunque por este proyecto ha pasado más gente también. Además colaboramos estrechamente con Giulio Ferreto, director, investigador escénico, y académico de la Universidad de Playa Ancha, donde también trabajo, con quien estamos sumergidos en la investigación y redacción de un libro, y documento audiovisual, que reunirán “nuestro propio modo de hacer” transmisible para todas las personas, lo cual está enmarcado dentro del proyecto Fondart 2020 titulado “Sobre simple práctica performativa”, lo que sería el concepto y oficio que reúne todos nuestros años de trabajo.
Es importante decir que el PPP es un lugar que acoge las vivencias de los que participamos de él, es decir que, los trabajos, performances y reflexiones, están irrigadas por cada una de las personas que experienciamos ésta práctica. No existe una exclusiva mirada mía como director, pues el director en nuestro ensemble es más bien un guía y un practicante más de esto que nos convoca, conmueve y alimenta.
2. El soporte artístico de performer es su propio cuerpo, en el caso tuyo Claudio, ¿Cómo es la preparación de tu cuerpo físico para enfrentar una obra, un proyecto, una representación? Y cómo fue específicamente para la última BARRANCO, experiencia escénica unipersonal?
En general, al interior de PPP, trabajamos en conjunto, en un solo respiro, ritmo y cuerpa. Trabajamos con el canto tradicional que intercalamos con prácticas físicas meditativas bien específicas. El punto central de todo esto es estar en nosotras mismas y entre nosotras, es decir, dar vida al espacio vacío entre nuestras cuerpas. Esto en principio no tiene como objetivo lo espectacular ni tampoco lo representativo/dramático, no es teatro. Tiene como único fin conocer nuestro oficio y como éste nos permite “estar” y “ser” dentro de lo que estamos haciendo. Es como un modo de compartir e intercambiar nuestra existencia y momento presente.
Esta compenetración de las miembras del PPP es la base para hacer todo lo demás. Es por eso que nos definimos como un ensemble, es decir, un lugar donde el trato es familiar; un sitio donde se desarrollan experiencias de aprendizaje; un espacio de acontecimiento vivo, esto es, no fingido ni simulado, porque lo que ocurre te sucede y te transmuta. Es hacia dónde se dirigen nuestras energías y ciertamente algunas estructuras de trabajo quedarán en la privacidad de nuestras prácticas o de los encuentros de trabajo comunitario, y otras estructuras de acción se convertirán en performances o espectáculos. En este caso BARRANCO fue en inicio un proceso de trabajo personal después de una operación que me dejó en cama algunos meses y perdí ejercicio en mi cuerpa. Reuní varios materiales que me hacían bien y luego éstos lentamente conformaron una composición que hoy es esa performance y que ya se ha presentado en teatros, acantilados, espacios abiertos, espacios no convencionales y festivales de teatro.
Cuando estoy en solitario, como en BARRANCO, sigo un trabajo diario sobre cantos, vibraciones, movimiento físico y meditación. Para hacer esta solo-performance necesito estar tranquilo, en un vacío de pensamientos; necesito estar liviano anímicamente: fácil risa, fácil llanto, en otras palabras, permeable y abierto a mi entorno y mi interioridad: afuera es adentro y viceversa.
Una semana antes de cada presentación, no bebo alcohol, no tomo café, dejo los excitantes o depresivos, medito, estiro mi cuerpo a diario y estudio cada detalles de la partitura. Pero sobre todo respiro. BARRANCO es particularmente verborréica, combinada con cantos, por lo tanto mi ventilación debe ser limpia y tranquila. La cuerpa elabora como resonador, se mueve desde la palabra encarnada. El flujo es lo más importante, el flujo de la vibración y la interioridad para que el acontecimiento de todo este proceso te toque vivencialmente, porque en esto no se puede actuar, ni representar ni simular. Mi amigo Grzegorz me comentaba, después de ver un registro en video, de que mientras más honesto era yo, más vivo estaba, pero que tenía que cuidar de no performar la honestidad. Por lo tanto debo estar en presente, no adelantarme ni retrasarme del ritmo de lo que me ocurre. Cuando se está es cuando ya no hay tiempo si no que solamente flujo. Esto no es sencillo de describir pero lo siento más o menos como un enorme goce y júbilo de poder ver, escuchar y percibir todo lo que sucede en integración con tu respiro, sin prisa, sin esfuerzo. Es como si el corazón y la panza se abren y el mundo entra en ti y te colma.
Por otro lado, con el PPP estamos dialogando siempre sobre detalles de composición o los espacios donde presentar. Juan Pablo se reunió conmigo para estar presente en mis ensayos y decirme las mismas palabras con las que elaboramos siempre, para no olvidar de qué va nuestro oficio porque el peligro de ir a lo teatral, lo fingido, es grande y nuestra esencia en el modo de hacerlo es mucho más sutil y te enraíza siempre a ti contigo misma.
El equipo de BARRANCO se formó también con el diseñador de la iluminación Andrés Pérez Rojas, con quien buscamos un espacio lumínico que permita que el proceso pase al público con fidelidad a eso.
Andrés Hernández, director, creador de la plataforma audiovisual Teatro en una Canción y académico de la Universidad de Playa Ancha, se dedicó a registrar todas las presentaciones y conversatorios post función, con el fin de saber un poco más de la recepción y de cómo la estructura seguía mutando poco a poco.
BARRANCO es una creación personal pero no podría haber conformado un trabajo completo sin el diálogo artístico con cada une de mis colaboradores. Hacernos preguntas y cuestionar lo que hacemos es lo que mantiene vivo nuestro quehacer. Creemos que es el artista en sí, amateur o profesional, da lo mismo, quien debe exponerse antes que nadie. Su cuerpa debe aparecer y con ello su ser. El teatro por lo general cubre la presencia del actuante y lo llena de argumentos, discursos, palabras y efectos escénicos. Para nosotros es distinto: personas en un espacio vacío y la propia manera de hacer. A mí BARRANCO me sale así y eso es para mí. Para otras seguro es diferente.
3. Es identificable en las obras de ppp los cantos como recursos escénicos y canal de conexión con las emociones, casi invocando un rito. Considerando lo anterior, en la última BARRANCO, qué elementos estéticos diferencian esta última obra de los trabajos anteriores de ppp?
De partida, lo más radical es encontrarme solo en escena porque no tengo nadie más con quien cantar o interactuar, cosa que es basal para el PPP.
Al verme en esa situación, lo central se desplaza hacia el flujo del actuante. En consecuencia, es un encuentro personal con la estructura del trabajo, como si fuese un ensayo abierto o una práctica sobre una estructura fija, lo cual es ir hacia los detalles de la misma, por lo tanto no es expandir la partitura sino más bien precisarla, y en ese proceso en vivo, el actuante, entra en una consciencia de sí mismo y de su oficio. Algo así podría explicar. Ciertamente esto es especulativo pero describe a groso modo el proceso del proceso, valga la redundancia. El actuante hace eco de sus propias acciones, las que lo afectan primero a él/ella/elle.
En cuanto a espacio, es similar a otros trabajos. El espacio desnudo es nuestra mínima plataforma y nuestras cuerpas son lo vivo dentro de este sitio, que puede llegar a ser muchos lugares y tiempos aunque lo esencial es que sea un lugar para la experiencia.
En mi modo de pensar lo escénico y nuestro trabajo, cada acción del PPP tiene que poder ser hecha o presentada en espacios abiertos, hogareños o teatrales, sin ningún apoyo técnico de ningún tipo. Tienen que ser suficientes nuestras presencias, y así lo hemos podido hacer siempre.
4. ¿Cuáles son los hilos conductores de tus trabajos: la denuncia, alguna emoción, lo político, etc?
Es una pregunta compleja de responder. En el PPP, creemos que nuestra opción y modo de vivir el arte es político, ya que este modo vivencial interviene nuestra realidad y también de quienes vienen a participar de lo que hacemos. La intervención es física en primer lugar y por ende interior, esa reunión y restauración física-afectiva-mental, genera nueva reflexión y punto de vista sobre la realidad, la refresca.
Me parece, porque tal vez a otras miembras del PPP le sea distinto, que nuestros trabajos se desprenden de nuestras propias vivencias. Algunos temas que hemos tocado están asociados al efecto del neoliberalismo en el cotidiano y las consecuencias de la dictadura de Pinochet en nuestro modo de habitar nuestro país. Se agregan la falta de amor y el abandono. La soledad. En todas ellas planteamos una salida que está muy volcada hacia descubrir una comunidad como lugar de pertenencia, un lugar seguro donde florecer. Nada de esto lo digo a modo metafórico, sino que cuando se canta y baila en comunidad, los miedos a los demás desaparecen y entonces nos sentimos aceptados y todo es posible, eso es completamente contrario a la competencia, al terror dictatorial y a los distintos grados de soledad. La muerte se vuelve parte de la vida y los cambios y desprendimientos se hacen livianos y necesarios para vivir una existencia plena.
Nuestras obras no “hablan” de estos temas de forma explícita. Hay una frase muy útil que dice que el teatro nunca debe describir, que el oficio de un actor/actriz no es ilustrar. Nuestro lenguaje principal no es la dramaturgia o el texto que debe ser dicho, sino que nuestro lenguaje es el de la acción física y resonada en la cuerpa y en el acontecer. En otras palabras, nuestra presencia es el lenguaje.
Y estos temas los puedes encontrar en nuestros entramados de acciones, en nuestra ironía y humor, en estas especies de composiciones medio extravagantes y a veces disparatadas, porque son juegos muy libres de expresión o manifestación artística que van desde el uso de teoría y poesías, hasta cantos y letanías vibratorias tranquilas y aplomadas.
Creo que lo central es la persona en busca de un lugar para sí. Los contextos cambian pero pueden demorar mucho más de lo que tu vida puede durar. Mientras esos cambios comienzan el trabajo está en vivir lo presente. Quizás, a lo mejor, dentro de esta aceptación de ti misma, la persona puede optar a dejar o liberarse de lo que le hace sufrir, que por lo general es la actitud. Y no estoy sugiriendo la abnegación o resignación. Sino saber ocupar tu fuerza o fragilidad para encontrar una ligereza y un silencio que puedan restaurar un sentido.
Tal vez, en lo personal, este es el tema central y político en el PPP, restaurar el sentido.
5. Claudio, cuando presentas un trabajo a público ¿qué buscas producir en dicho público?
Antes que todo, confusión, jajaja. Quizás en un comienzo la confusión sea parte de lo que querría producir, en un sentido de desquebrajar un poco la comunicación corriente. El arte tendría, creo yo, que proponer algo distinto a la realidad que se vive a diario. Las palabras dominan nuestra realidad, la cuerpa está en pausa mientras nuestras cabezas piensan la realidad. Entonces proponer algo desde nuestras presencias, es decir cuerpa y mente unificados, requiere de un lenguaje no corriente. Es así que los cantos, los silencios, los saltos intempestivos de tiempo/espacio, o de roles, son parte de una personal mirada, de que la realidad no parece honesta, ni viva.
Para mí, hablo como director, es más necesario mayor caos en escena, menos explicaciones y más vivencia, porque la vida no puede ser encapsulada en palabras. Por lo tanto, en mi cabeza al momento de componer una acción, ésta debe ser libre en su lógica, así como la lógica de los sueños, los que por más extraños que nos parezcan, los creemos completamente.
Es una fiesta. Es una celebración de estar vivos. No hay explicaciones satisfactorias. Es un juego. No tenemos que ser coherentes ni inteligentes sino que tenemos que hacer lo que nos llene de sentido.
Por ende, el público está invitado a entrar en este juego. Ojalá pueda vibrar con el canto, ser inducido un poco a los lugares desde donde cantamos. Porque tampoco es algo creado para hacerles algo preciso ya que nuestra manera de trabajar nos hace fluir como PPP también sin público. Es como decirles, “miren nuestro juego, ustedes también pueden participar”.
Por supuesto, no es un teatro participativo pero cuando hacemos performances en comunidades, muchas veces aplaudimos y bailamos juntes, y también se abren espacios de diálogo improvisado con todas las personas que generan una nueva performance, abierta y liminal. Lo que practicamos en el PPP es para todes.
6. Es inevitable preguntarse por las consecuencias que va a producir la crisis sanitaria, social y política, que está teniendo en las artes. ¿Cuál es tu diagnóstico o reflexión al respecto?
Sin duda que es un tema muy difícil, sobre todo si piensas que en Chile no hay una política pública para resguardar el trabajo artístico de sus cultoras/es. A ninguna autoridad le interesa si podemos hacer nuestro oficio o no. La realidad sobre el sustento económico de les artistas es obscenamente deplorable. Cada quien hace lo que puede con otros empleos para hacerse de un sustento para pagar lo inmediato, pero no para invertir en su vivir o en su vejez. Creo que las artes no están en crisis sino que siempre hemos sabido realizar trabajos de alto nivel con nada o muy pocos recursos. Es el estado de Chile el que abandonó a sus artistas, cultores/as, patrimonios, a las lógicas de un mercado de neoliberalismo salvaje. Todos y todas sabemos que requerimos de inyección de recursos permanentes, de subvenciones, y de una validación en una sociedad que cree que lo que hacemos es un pasatiempo, y así mismo, se nos responsabiliza el hecho de que nuestras artes no sean rentables. Es eso lo que necesitamos transformar urgentemente.
La crisis sanitaria vino a mostrar el desprecio del estado hacia nosotres artistas, y no solo a nuestro gremio, pero ahora quiero hablar solo de nuestro sector.
La crisis política trajo la oportunidad de cambiar las bases de nuestra constitución y quizás ver el arte como un derecho, pero veremos cambios en los próximos 30 años, eso creo yo.
Por el momento, debemos exigir más recursos, menos concursabilidad, y valoración de compañías y artistas que llevan un trabajo sostenido en el tiempo para brindarles subvenciones. Por otro lado, que las municipalidades no sean pura política y amiguismos para entregar recursos, así mismo los festivales que usan recursos del estado. Lamentablemente hay exclusión incluso entre el mismo sector artístico, algo que tiene que ver con este pensamiento neoliberal de competencias y mercantilismo.
Puede sonar cursi pero el desarrollo del arte siempre proviene de quienes no tienen nada que perder, desde una posición auténticamente outsider en donde lo espiritual, lo único, lo esencial se vehiculizó en el oficio y en la obra.
7. ¿Has visto el teatro performático que se ha hecho por la pataforma online zoom? Si es así, qué opinión te merece lo que has visto, la forma en que se han visualizado estas obras llamadas teatrales, su dramaturgia, las actuaciones, etc?
He visto, y harto, desde el principio de la pandemia. Creo que la decisión es muy personal de quienes les queda bien el formato y quienes también desarrollaron el lenguaje específico de aquellas obras. Hay muy buenos trabajos y otros en los cuales se pierde interés de seguir mirando. Es un formato bien cercano al audiovisual o al teatro filmado. Hay quienes tienen recursos técnicos y otros que con ingenio y creatividad lo han resuelto, estos últimos son los que, en lo personal, más me gustan.
No voy a referirme a ninguna obra en especial porque creo que cada quien lo hace desde donde puede.
El tema de si es teatro o no, me pareció siempre muy poco interesante, porque antes de la pandemia había teatro en el cual no pasaba nada, porque el fenómeno vivo no se da per se en el teatro. No está dicho de que porque se haga teatro en vivo la obra esté viva o el público viva una experiencia.
En lo personal, la experiencia es lo central, y ésta puede ocurrir en cualquier formato, así como con la literatura o el cine, ambas experiencias muy distintas. Pero si te ocurre algo a ti, algo que te traspase, que te rompa la cabeza, que te haga mirar tu mundo y que te permita percibirlo con más posibilidad, entonces me resulta irrelevante el formato. En todo, creo, que la vivencia es la brújula, las cosas te pasan o no te pasan.
Bonus track de la entrevista
En nuestro presente y debido principalmente a la pandemia, ha sido dificultoso reunirse a trabajar en presencia, sin embargo, hemos descubierto que algo se puede hacer a través de la plataforma zoom. Esto en relación a la investigación “sobre simple práctica performativa”, donde ya pudimos realizar tres laboratorios, con personas de distintas proveniencias, que sirvieron para confirmar nuestros procedimientos.
Como te decía, lo central es la experiencia, y en eso descubrimos que hay poquitas cosas, pero gravitantes, que sí se pueden transmitir en la lejanía. Por ejemplo, vibrar y respirar juntes con el objeto de redescubrir nuestro entorno inmediato, la habitación o sitio donde nos encontramos, y demás, volver a dar valor a cómo se percibe nuestra cuerpa y de cómo, a partir de pocos elementos, volvemos a mirar y escuchar. Entonces, la cuerpa libera sus rigideces y así también se hace de mayor espacio para abrazar el presente.
Este punto de aceptación es ideal para saber qué quiero hacer conmigo en el campo performativo y escénico, algo así como recobrar un impulso auténtico para la creatividad, algo solo mío.
La naturaleza también fue un lugar donde como PPP pudimos fluir muy bien. Ya no se hizo necesario estar en salas. La naturaleza ofreció un lugar seguro para crear. BARRANCO, por ejemplo, en su etapa final, fue desarrollado en exteriores, en los espacios comunes y jardines del Parque Cultural de Valparaíso. Al encontrarme solo lo mejor era envolverme de lo vivo, la natura.
Recientemente hice un viaje de duelo en relación a la muerte de mi padre. Fui a mis raíces, hasta la isla de Chiloé de donde proviene mi linaje. Recorrí cerca de 2700 kilómetros en el auto que mi viejo dejó, y decidí venir solo. En la maleta llevaba un traje de él que usé como vestuario para algunas acciones que realicé en la isla. Además traía conmigo mis otras ropas de trabajo práctico y el vestuario de BARRANCO.
Pude encontrarme con personas y lugares que crearon en mí un lugar donde mi ser pudo habitar y continuar en el camino a sanar la niñez y a dar sitio a mi relación con Raúl, mi padre. Tuve la fortuna de hacer acciones en bosques, playas desoladas y el cementerio donde están mis ancestros. Vestí las ropas de mi padre, lo representé y también fui su hijo liberado de su presencia, como decir, “este soy yo mismo, un poco como tú, pero yo”. Así pudimos entablar otro tipo de relación.
El último trayecto fue desde el Cementerio Municipal de Ancud, donde yacen mi abuelo y dos tíos, hasta el Cementerio Parque Santiago donde está mi padre. Ahí fue el último acto con su traje. Y de esto seguramente va a surgir otra performance para ser presentada en público, en la línea de lo que es BARRANCO.
¿Qué quiero decirte con esto? Que el camino de la performatividad así como fue concebido en el Performer Persona Project, es mucho más vasto de lo que aparenta. No es solamente hacer teatro o trabajos performativos, sino que nuestro modo de hacer y de vivir nuestro oficio puede y debe, ojalá, traspasarse hacia la vida cotidiana para hacerla extraordinaria.
Este viaje lo tengo completamente documentado en video y se suma al inicio del mismo, cuando, con ayuda de Francesca Bono y Andrés Hernández, ambos en cámara, y la asistencia de Giovanni Maureira, registramos BARRANCO al atardecer y amanecer en los acantilados que están cerca del Faro Punta Ángeles en Playa Ancha. Esta idea fue una necesidad que sentimos muy viva. No sabemos qué va a salir de esto, pero fue necesario hacerlo porque había algo ahí que escapa todavía a una formulación escénica. Fue más un instinto por hacer algo que nos llenase de satisfacción y nuevas energías, una vitalidad llena de sentido.
Por lo general nuestras creaciones son hacia atrás, esto quiere decir que no sabemos en qué terminarán o cómo se formalizarán escénicamente, si es que llegan a ese punto. Es una suerte de proceso de caminar de espaldas, que probablemente será parte de lo que estamos todavía redactando para el libro que lanzaremos en octubre de este año 2022. Un proceso de “incerteza del resultado pero con certeza del proceso”.
Este último comentario es para transparentarte que en realidad no hay obra ni resultado, sino que ya estamos ahí, en una huella y un modo de hacer que lleva algo más de 10 años. La creación artística y nuestra artesanía no pueden encerrarse en conceptos ni en explicaciones verbales. Así es como nos sale, así es como nos gusta trabajar y continuar haciendo acciones y experiencias compartidas. Así es como recorremos este pasar y, como dijera Don Juan de Castaneda, sólo cuentan los caminos que tienen corazón y éstos se recorren hasta quedar sin aliento.
por: FERNANDA LIZANA. Licenciada en Teatro.