Pregunta : ¿Una obra comienza con el público dentro de la sala o cuando un personaje se integra al público antes de entrar a sala?
Porque esta es una obra que comienza antes que el público llegue a la sala.
La obra de Juan Radrigán presenta a un Jesús cansado de tener que seguir muriendo año tras año en airado diálogo con su Padre y residiendo en un hospital siquiátrico rodeado de seres dementes que han perdido todo.
El término delirante es lo más cercano y preciso, como definición, por el nivel de delirio místico, que transforma al montaje en un producto ajeno y desmedrado. Un factor es el sometimiento físico a los personajes en los 70 minutos que dura la pieza.
Por diseño físico y textual, los personajes se instalan en la caricatura. Una caricatura semejante a aquellos personajes locos de las historietas cómicas de la revista Condorito. ¿Al llevar a escena un texto cuyos referentes están vívidos en la sociedad, es mejor traducirlos a metáfora, símbolo; o utilizar aquella maqueta tosca y gruesa del ámbito burlesco?
Un logro del montaje es un personaje que interactúa con el público sin que éste se percate y, si lo hacen, lo esquivan e ignoran. Es una action in situ realizada con talento y eficacia y claramente su rol es consecuente en toda la pieza. Pero esto se contrapone con los otros personajes; en donde se presentan tres grupos con visiones contrastantes entre ellos. Y los tres niveles al tocar cuerdas distintas de estructuración, debilitan la narración. En la película del año 1975 “Atrapado sin Salida”, dirigida por Milos Forman muestra una galería de personajes donde su principal virtud está en los personajes descritos con delicadeza, con elegancia; donde claramente cada uno muestra su obsesión.
Sin actuar la demencia porque sí ni exagerarla.
La caricaturización de la manifestación física de la demencia, transforma a éstos seres en náufragos dentro de la obra de Radrigán. Los personajes insanos, dementes y desequilibrados, y con cierto nivel de delirio místico, siempre están presentes en la obra de Juan Radrigán.
La indefinición de los personajes y falta de objetivos es lo que define a la obra Fieramente Humano. Se echó de menos en el personaje de Jesús la duda ante su destino, que es un componente esencial que determina su accionar y futuro eterno.
Uno de los anhelos manifestados por el teatro es acortar la brecha que dista entre actor y público; además del tempo de la fábula o narración, pero hacerla coincidir con los tiempos de la vida diaria. Inmiscuirse en la existencia diaria y cotidiana. O sea, una obra en que se mimetice fábula y realidad. Una obra en dónde las fronteras se corran hasta perderse, no identificar cuál es cuál. En un aspecto, ésta obra a ratos logra eso. La ficción/fábula logra introducirse en el accionar de las personas, hasta el instante que la función ha comenzado. ¿Y la existencia externa a concluido?
Este acierto, junto al actor que interpreta al personaje que interactúa con el público antes de entrar a sala, no logra salvar el montaje.
FICHA TÉCNICA
Obra: FIERAMENTE HUMANO
Dirección y Dramaturgia: Juan Radrigán
Asistencia de Dirección: Daniela Carrasco
Elenco: Renzo Oviedo – Víctor Faúndez – Ximena Morales – Leonardo Santana – Leonora Hidalgo – César Pacheco.
Música: César Pacheco
Diseño: Guillermo Ganga
Técnico: Esteban de Juan.
Guillermo Pallacán. editor