Le agradezco el tiempo dedicado a escribir sobre nuestra obra, “Smiley, después del amor”. Y por compartir sus amplios conocimientos y cultura sobre el tema. Sin embargo, quisiera expresar algunas inquietudes respecto a ciertos puntos de su crítica que considero inexactos.
Respecto a su comentario sobre la primera parte, me parece importante aclarar que la obra fue concebida desde su origen como un texto teatral, no como una novela. Es posible que la confusión provenga de la serie de Netflix basada en “Smiley, una historia de amor”, pero incluso esta no está inspirada en una novela previa. La elección de centrarse exclusivamente en los dos personajes también es una decisión deliberada del autor, que la mantiene tanto en la primera como en la segunda parte de “Smiley”.
Este enfoque permite una exploración más íntima y profunda de la relación entre Álex y Bruno, además del juego y desafío teatral de ambos actores interpretando otros personajes. La obra incorpora el recurso de stand-up comedy, una suerte de teatro dentro del teatro, donde son los personajes los que hacen stand up.
En su análisis no se menciona la dirección ni la música original, ambos elementos fundamentales en esta puesta en escena. Particularmente, la dirección introduce por mencionar un aspecto, el uso del teatro físico, algo que no está presente en el montaje original, y que enriquece la narrativa y el lenguaje escénico de esta versión, al dar ritmo a la acción, asimismo existe una propuesta estudiada de vestuario y escenografía que pueden gustar o no, así como de iluminación. La dirección da un espacio importante a la creación musical, original, crucial en la construcción de la atmósfera y en el desarrollo del montaje.
Finalmente, la apreciación de la dramaturgia que usted destaca en su crítica se logra gracias al trabajo conjunto de los intérpretes, y a la adaptación del guión realizada por la directora, quien incorpora elementos específicos para fortalecer la narrativa, como son el lenguaje chileno y las referencias locales.
Espero que estas aclaraciones permitan comprender mejor las intenciones artísticas de esta obra y su montaje. Cabe destacar, que la obra se estrenó internacionalmente en Chile, al igual que sucedió con su primera parte, hace 10 años.
MIRIAM GONZÁLEZ. Directora.
NOTA de la REDACCIÓN: Miriam González es la directora de la obra Smiley, que estuvo en cartelera en el Teatro Azares, los días viernes del mes de Noviembre; y que Ignacio Barrales-Parra, crítico colaborador, Magíster en Artes, reflexionó sobre la puesta en escena después de asistir a una función y cuyo análisis está publicado en REVISTASATCH.