Esta obra cuya coreografía pertenece a Vero Montoya, tiene absoluta correspondencia con la reseña que la antecede. Verán que lo mencionado en esta presentación cumple lo propuesto y contiene algo más. El gran detalle se justifica en la propuesta escénica amén del marco teórico. En este caso sobresale la danza, junto a los textos escogidos de Eduardo Galeano. También ocupa un rol destacado la música acompasada en cuatro tiempos, que marcan el ritmo de la obra sin ser obstáculo ni parecer cronómetro. La ubicación de lxs musicxs en escena también cumple su función: son público, pero también hinchada. Esta última palabra nos lleva a la idea original que compone esta obra, la fusión entre danza y football. Si, tal cúal como lee, cinco bailarinas en escena conforman uno de los equipos. El equipo rival lo componen cinco futbolistas varones; además del árbitro impartiendo justicia y marcando los tiempos. Un linóleo hace las veces de cancha distribuida tal cual.
Todos los detalles son claves en el espectáculo: el vestuario de las bailarinas en fucsia de plush y negro transparente, con cuello polo, respetando la estética que el vestuario de este deporte posee y; el uniforme de los varones es en tonos blanco y negro, uniformados en claroscuro. La presentación de cada participante, consiste en un despliegue tal como se produce en los partidos oficiales. El himno, siempre enérgico, potente y decidor, donde las mujeres repiten al unísono: LA DANZA ES UNA PROFESIÓN, NO UNA ENTRETENCIÓN! Para posteriormente dar comienzo no a un partido, sino a una partida.
En este instante del espectáculo, venido de España que se exhibió en el marco del Festival Stgo Off; se me viene a la mente aquella inquietud que nos repetimos al danzar: ¿Qué expreso cuando bailo o sólo me muevo por inercia? Qué simple, pero también muy importante conocer esta repuesta como intérprete. En el rostro de cada intérprete, en la premisa que motiva la coreografía y en la dirección escénica, se ejecuta en forma explícita la distribución del espacio, todxs involucrados en el objetivo final. Nadie es comparsa porque todxs cumplen un rol y son fundamentales en el trabajo: los fraseos se construyen teniendo en cuenta la observación de los gestos en la cancha, pero otorgándole las cualidades de movimiento que aporta la trayectoria en danza. Tonos musculares sin diferencia de género, tensiones espaciales del cuerpo en el entorno de juego, donde el desarrollo coréutico está instalado en el oficio sin dificultad y al servicio de la técnica. El gesto desglosado y trabajado eukinéticamente, es reconocido en cada escena deportivamente hablando, pero potenciado a través de un plan coreográfico y a la estética de la danza.
Esta pieza aboga por un discurso de género, por la igualdad de derechos desde el poder, en toda su definición y universo. Ya que es por todos conocidos los exorbitantes negocios y cifras que giran en este deporte y, sí en cultura y nuestra área hubieran presupuestos similares, otros niveles de profesionalismo se alcanzaría. También se menciona en la obra, con la frase inicial del himno del equipo femenino, cómo la mujer tiene tiempo de caducidad en lo profesional. Como desde esa posición se juzga un montón de factores que entorpecen el desarrollo intelectual, citado el amamantamiento explícito de una de una de sus intérpretes con su bebe en escena, como la pelota es eso… La pelota, siempre en femenino, con nombre o más bien sobrenombres en femenino, chanchita, bebita, u otras similares. Amén de otros cuantos sobrenombres para minimizar el aporte femenino.
La autoridad, personificada en el árbitro, donde los colores de una tarjeta pausan o paralizan la existencia, suspenden el espacio lúdico. Un espacio donde la mayoría de los hombres que son futbolistas, los aleja de la oficina y son retribuidos generosamente en todos los aspectos, por ejercer el inútil ejercicio de ir tras una pelota.
En síntesis, esta es una obra con enfoque de género, con un trabajo y propuesta de algo físico e intenso, como socialmente son destacadas este deporte y la profesión de danzarinxs. Desde ese lugar, es un acierto poder acercarse a la mayor cantidad de públicos, lo que hace más meritoria la propuesta, donde la DANZA se empodera, se visibiliza y ejemplifica. Motivos por el cual son importantes poseer espacios como estos, para decir cosas cómo estas en tiempos muy físicos e intensos.
“Entre ver y no hacerlo, siempre vaya y vea, para fundamentar su propia opinión. Desde la mediación, es importante mencionar que debemos autoeducarnos como espectadorxs y ser generosxs como Artistas. El Arte sin reflexión es sólo adorno, por eso el que tenga ojos…Que vea!”