“Hay días y días pero que no se pasa en esta vida” (El día más blanco Raúl Zurita)
Un ritual de peregrinación por la memoria y el olvido, un viaje por la perdida, el dolor, la memoria y el olvido es los que nos propone en LA PERDIDA DE TODOS, de la compañía Generación del Ayer. Una pieza de danza que explora poéticamente el dolor de la pérdida y la búsqueda de quienes fueron queridos, amados y sufrieron el despojo de sus derechos y los hicieron desaparecer.
Una obra que se inspira en las mujeres de los detenidos desaparecidos. Donde el dolor de la ausencia y la perdida se encarnan en los cuerpos de las tres bailarinas en escena, dando forma a un espectáculo escénico de danza constituido por fractales coreográficos, que se emplazan en varios cuadros con cual nos propone un relato fragmentado, desgarrado como los cuerpos y las almas, de esas mujeres.
LA PERDIDA DE TODOS es una propuesta escénica abstracta y conceptual, donde la compañía, Generación del Ayer, bajo la dirección de su coreógrafo Nicolás Fuentes, se atreve a tensionar los lenguajes de la danza y dar respuesta a esa nueva mirada política, ética y estética sobre el cuerpo que se hace presente en nuestra sociedad. En efecto, al mismo tiempo que en la escena explora las formas de relación con los otros cuerpos, proponen una poética de formas, imágenes y movimientos perfilados desde la danza moderna contemporánea. Abriendo desde la madurez y experiencia de las ejecutantes, una nueva mirada sobre la danza, pero también sobre el cuerpo y sus posibilidades de vinculación con el público y la sociedad. Adquiriendo con ello, en esta obra, una re-significación de la experiencia de dolor y el desgarro que implica la perdida y la ausencia, al amplificar los sentidos del cuerpo presente en escena, que bien se podría considerar como un proceso de “democratización” de la danza.
LA PÉRDIDA DE TODOS es un rito eucarístico con cuerpos ausentes; es un panegírico en el cual tres figuras alegóricas estructuran una diversidad de discursos que conforman un relato fragmentado que se pone en escena. Este trio de bailarinas nos convoca y nos reúne para incomodarnos, en una poética tensión entre algo que no queremos ver y que a la vez debemos ver y, nos enfrentan ante una verdad sin vendas en medio de un espacio donde solo se desea diversión y olvido.
En escena, en la danza, ellas invocan la luz de la memoria, y como vinculo narrativo nos proponen una historia que nace de un espacio vacío pero lleno de fantasmas. Un relato donde la luz es el mayor cómplice de la oscuridad. Esta nos pone frente a una verdad donde El espectador puede mirar y mirarse a la vez en esa miseria humana convertida en pura y honesta belleza, porque nadie podrá escaparse de lo que ha ayudado a construir como verdad, aunque se oculte de ella.
“Hay gente que borra la memoria por qué les hace daño, pero también habemos otros, los que tenemos memoria, que no queremos recordar”
Sin duda, LA PERDIDA DE TODOS, es un ejercicio deconstructivo donde se devela y cuestiona la imagen oficial de la verdad, y propone un imaginario abierto en constante construcción, que se manifiesta como obra a través de un discurso fragmentario. Donde, a veces la poesía desmesura la realidad, la metáfora no comprende el verosímil de la discursividad del dolor y el desgarro del alma al ser demasiado luminosa frente a una realidad oscura y estancada,
LA PÉRDIDA DE TODOS tiene coreografía y dirección de Nicolás Fuentes. Sus intérpretes son tres experimentadas bailarinas mayores de 70 años: Carmen Aros, Mabel Diana y Sonia Uribe. Ellas integran junto a Fuentes la compañía Generación del Ayer, que tiene más de 20 años de trayectoria.
Una propuesta escénica que sin duda se puede clasificar dentro de los géneros híbridos de la danza contemporánea, por su estructuración discursiva deconstructivista. En ella, más que un argumento único identificable, se nos presenta una serie de expresiones escénicas que refieren al dolor y la perdida, las que, por su carácter discursivo, podría considerarse cercana a la lógica de un auto sacramental. Puesto que refiere a una transubstanciación de cuerpos y de sangre en una eucaristía escénica.
Versos, elementos teatrales y de multimedia, más movimientos orgánicos y fluidos y depurada técnica de las ejecutantes, crean en el escenario una dinámica expresiva de sentido. Un ritual eucarístico de redención, en la cual se reivindica a las víctimas del desgarro y el dolor, en la cual se puede percibir una triada que se manifiesta en él y argumento como representación de triada Pecado. -Caída – Redención.
Tal vez, quizás el dolor y el desgarro que causa la pérdida se sublima en favor de la poesía. Quizás, tal vez, también se dé cuenta allí de aquello de “los que tenemos memoria no queremos recordar” para no hacer de este dolor una condena eterna para quienes lo sufrieron.
En suma, una atractiva e interesante propuesta de danza contemporánea que se agrega a la escena de la danza nacional que provoca inquietudes y propone interrogantes al espectador.
FICHA ARTISTICA
Compañía Generación del Ayer. Coreografía y dirección Nicolás Fuentes
Intérpretes Carmen Aros, Mabel Diana y Sonia Uribe Digitalización musical Orlando Alfaro. Audiovisual Claudio Villablanca. Iluminación Sandro Compayante. Poesía Robert Desnos. Voz en off Mabel Diana. Personaje Manuel Calvelo. Estrenado y con funciones en GAM.
Daniel Omar Bhega. Académico.