¿Cómo se ve el mundo cuando se viste un delantal blanco?
La obra El Delantal Blanco, escrita por el dramaturgo Sergio Vodanovic en los años ´60s, gira alrededor de esta pregunta en la versión dirigida por Héctor Morales, que se presentó en el Festival Quilicura Teatro Juan Radrigán, por plataforma streaming zoom, con interpretaciones a cargo de Támara Acosta y Francisca Gavilán.
La obra sitúa a dos mujeres: La Señora y La Empleada en un balneario del verano del 63’. En este bucólico día de descanso playero, donde el calor cae implacable sobre ámbas, se permiten la licencia de indagar una de la otra: lo que sueñan, lo que piensan y el lugar que ocupan en la sociedad, para que ello suceda, intercambian roles. Pero conocerse y mirar el mundo desde otro lugar puede convertirse en un juego revelador. ¿Qué ocurrirá cuando ambas se vean instaladas, en esa playa, con nuevas labores?
La escritura de Vodanovic es realista. Un estilo que favorece de sobremanera para plasmar con visión crítica los males que desnivelan y corroen las estructuras de la sociedad. Esta obra corresponde a un periodo en que escribió varias historias ambientadas en la playa. Espacio que facilita la aparición de las desigualdades, y que el autor utiliza en su beneficio para desmenuzar a través del vestuario y lenguaje, la corrupción de la clase media aspiraciónal y sus apariencias para hacerse entender con las otras clases de menores recursos. Situación nacida en los albores de la República sustentada en la fuerza de ipso facto y que últimamente ha cobrado vigencia a la luz de varios casos de reciente data en balnearios y playas, corroborando que todo sigue igual.
Entonces, aquí en la obra El Delantal Blanco, los personajes se instalan en veredas opuestas desde donde posan su mirada y analizan al país con criterios estereotipados y totalitarios, escamoteando aquellos gestos de empatía que posibilitan la aparición de afecto y reconciliación. Así, la narración al no generar instancias de acercamiento, la reconciliación es una utopía que se expresa con crudeza por el desconocimiento que existe el uno del otro, y estando las posiciones irreconciliables la obra no puede presentar alternativas conciliadoras ni menos alivio.
La dirección de la obra realizada por Héctor Morales, que también se encargó de la adaptación del texto, le da protagonismo a las dos mujeres, privilegiando el enfrentamiento inflexible con posiciones severas por sobre el intercambio de vestimenta que determina el status; ya que la versión que se vio en el Festival Quilicura Teatro Juan Radrigán, tuvo una escenificación de 30 minutos, tiempo reducido para un tema con tantas variables y posibilidades de desarrollo.
FICHA ARTÍSTICA: Dramaturgia: Sergio Vodanovic. Dirección y adaptación: Héctor Morales. Elenco: Francisca Gavilán y Tamara Acosta. Vestuario: Gabriela Torrejón.
Maquillaje y peluquería: Margarita Nilo. Realización y postproducción: El Abrazo Films. Producción y diseño gráfico: Cristián Carvajal.