Hace poco nos visitó la compañía teatral japonesa Seinendan, con la obra SAYONARA (en japonés, adiós), que se presenta como la innovación teatral que cambiará la escena mundial, al incluir una actriz-robot como personaje interactuando con personajes humanos.
La obra donde interactúa la actriz-robot, de nombre Leona, pero conocida en el mundo cibernético como Geminiod-F, solo tiene dos actos: en la primera se dedica a recitarle poemas a la personaje humana que hablan de soledad, viaje y eternidad, para así, despedirse de este mundo escuchando poemas de diferentes escritores: japoneses, franceses y alemanes, ya que tiene una enfermedad terminal. El segundo acto transcurre cuando aparece un técnico con la misión de evaluar al androide y decidir si arreglarla o desconectarla, ya que ha manifestado intermitencias en su funcionamiento.
Este es un montaje en el estilo tradicional japonés, donde los recursos son minimalistas, tanto en dramaturgia, en escenografía, como en diálogos; donde adquieren importancia los silencios, los gestos y las miradas.
SAYONARA es una colaboración entre el dramaturgo Oriza Hirata, de la compañía Seinendan y del Laboratorio de Telecomunicaciones Avanzadas de Japón, a cargo del profesor Hiroshi Ishiguro; que desde al año 2010 vienen trabajando en incluir actores robot a obras de teatro.
Es significativo que la palabra sayonara signifique adiós. Porque de alguna forma la sociedad está en los albores de despedir protocolos de convivencia entre pares y, a la vez, con la integración de la robótica en el cotidiano, se está permitiendo la entrada a un otro yo distinto para inter-relacionarnos en nuestras vidas. Para ello se están dotando a los robots de infinitas habilidades, incluyendo el razonamiento. Ello significa que se están creando a imagen y semejanza nuestra. ¿Porqué?
Porque no tenemos otros referentes.
Por lo tanto, ¿Esta creación humanoide, a imagen y semejanza, va a cambiar la escena mundial como la conocemos?
¿Qué se va a obtener de todo esto; que van a lograr jugando a ser Dios? El efecto Pigmalión busca crear a la persona perfecta y ha recibido distintos nombres, Galatea se llamó en Chipre. El poeta alemán Goethe la llamó Elissa. Una variante es la historia de Pinocho, el muñeco de madera que se transforma en un niño real. En la obra de Shakespeare Cuento de Invierno, la estatua Hermíone cobra vida. El moderno Prometeo es conocido como Frankenstein, la obra escrita por Mary Shelley. Donde de alguna manera todas estas invenciones pretenden arrebatar el fuego sagrado de la vida a la divinidad.
Por ahora, los robots solo han sido creados para atender a su dueño en aquella necesidad que otro ser humano no asume y puede ser reemplazado. (como ha ocurrido en otras ocasiones)
La obra es todavía un borrador, un experimento en vías de. Las expectativas que se crearon en torno a este montaje quedan truncas al no existir conflicto que se despliegue en el escenario. Tan solo vemos a un personaje que recita poemas a otro. Luego es revisada para evaluar su vida útil y si continúa o no recitando poemas o simplemente se desconecta. Humanizar al robot es desproporcionado, es tan solo una máquina que dice algunos versos y frases, tal como lo hace Siri en los dispositivos Mac o como algunos vehículos están dando instrucciones al conductor.
Toda innovación trae aparejada oposición. Rechazo. Se requiere un tiempo y un lento proceso de asimilación para aceptar los cambios. Por ahora, el cambio introducido por la obra Sayonara deberá esperar y, observar atento el camino iniciado con la integración de la robótica en las artes escénicas y, el arte en general.
FICHA TÉCNICA.
Texto y Dirección: Oriza Hirata Asesor técnico: Hiroshi Ishiguro (Univ. de Osaka y ATR Hiroshi Ishiguro Laboratory) Traducción al español: Matías Chiappe Ippolito Elenco: El Android, Makiko Murata y Yozo Shimada Android motion, voz: Minako Inoue Director de escena: Koji Takeyoshi Iluminación: Shoko Mishima Subtítulos: Aya Nishimoto Vestuario: Aya Masakane Roboticista: Takenobu CHIKARAISHI Producción: Sachiko Sawai-Nishio, Yuko Hayashi Planificación y producción: Seinendan, Agora Planning Ltd Cooperación sana: FUJITSU TEN LIMITED Cooperación: Universidad de las Artes de Tokio. Apoyo: Agencia para Asuntos Culturales del Gobierno de Japón en el año fiscal 2017 y Embajada de Japón.
Guillermo Pallacán R. editor.