Mariela Navas es una dueña de casa que va presentándose tímidamente ante la gente que la visita en su hogar y, los agasaja con un café acompañado de arepas que fríe a vista y paciencia de todos quienes la observan.Ella cuenta que su marido está por llegar, pero que le dejó expresamente dicho que atendiera muy bien a la gente que entrara a la casa.
Pero ellos viven en un hogar de paso porque planean regresar pronto a la ciudad.
Las miles de personas desaparecidas que se han acumulado en las últimas décadas en Latinoamérica, tienen múltiples heridos comenzando por sus familiares; y ésta historia ha sido contada en innumerables ocasiones y con las más variadas aristas posibles.
Y el teatro se ha transformado en el ágora como el espacio más adecuado y directo para instalar a personajes que no tienen otro púlpito donde hablar de lo que les concierne.
Hablar porque el corazón de Mariela Navas está roto. Hablar porque la existencia de Mariela Navas ha sido quebrada e intenta recomponerla y aquí cuenta cómo va a lograrlo.
La mirada femenina del sufrimiento padecido por décadas en Colombia, algunas en la guerilla y otras en la persecución política, es un acto peligroso para la estabilidad social en la región, si se propaga dicho sufrimiento donde han ocurrido similitudes.
La dramaturga Claudia Tobo, que además es la actriz que personifica con encanto, credibilidad y simpatía a Mariela Navas, estructuró la historia pensando en todas aquellas mujeres que fue registrando en la búsqueda de un patrón que identifique la tragedia; para ello recurre a procesos investigatívos propios del teatro-documento, del cual ella es una exponente destacada en Colombia, España y México. El teatro-documento es heredero del drama histórico, donde se opta por manipular los hechos con fines partidistas. Como recurso cita informes para otorgar credibilidad a la narración entregando datos fidedignos extraídos de fuentes válidas.
La obra es el descanso momentáneo de una odisea, de un periplo que comenzó en los albores de la humanidad, y que continúa en nuestros tiempos con renovadas excusas para mantener vigente el éxodo. Donde una vez expulsados del Alma Mater son obligados a marchar durante años, para finalizar desterrados en el monte Sinaí.
Existe mucha similitud entre el actuar de Mariela Navas en su cotidianidad y el significado que se le atribuye al Monte Sinaí. En ambas entidades existe la misma energía en el actuar: humildad ante lo sucedido porque eso es lo importante. Porque soy tan solo polvo y cenizas. Con ese convencimiento, se sabe cuando dar un paso adelante y cuando dar un paso atrás. Y todas las mujeres símil a Mariela Navas, en su sabiduría reconocen la posición realista para enfrentar con prudencia el futuro que les cae encima.
Por todo lo expresado la narración se presenta como una estación donde es posible el descanso para recapitular sobre lo sucedido, quedando implícito la continuación de esta historia y conocer cómo va evolucionando, porque la dramaturga y actriz Claudia Tobo, se comprometió a seguir escarbando en el derrotero de Mariela Navas, en las decisiones que tome cuando regrese su marido y cambie la situación opresora en su país y en la región.
FICHA TÉCNICA: Obra “Mariela Navas”. Compañía: La Máquina Poética. (Colombia) Dramaturgia y Dirección: Claudia Tobo. Elenco: Claudia Tobo. Ciclo de Invierno, Corredor Latinoamericano de Teatro. Taller Siglo XX.
Guillermo Pallacán R. Editor.