Movilizada por inquietudes como los afectos y la memoria, la directora e intérprete Poly Rodriguez emprende su búsqueda para materializar en esta obra de danza, la pregunta ¿Dónde comienza y termina la Piel?. De este modo, junto con otras cinco danzantes y un equipo que las acompaña, dan vida a esta pieza de danza contemporánea, que desafía el encuentro a través de una experiencia sensorial.
En escena cuerpos, mucha piel y una fuente con agua conteniendo a dos bailarinas, que sumergidas y en unión componen una humanidad lejos de su forma. A través de un primer cuadro que evoca interioridad y movimientos que viajan con el toque del encuentro de los cuerpos, la fluidez de un ritmo pausado y suave, se presenta “Membrana”. Sumergidas en un paisaje acuoso, deslizante y donde la sonoridad intensifica una humedad imaginaria.
Al iniciar la obra, la persistente acción de contacto entre los cuerpos desnudos, se transforma en una vertiginosa invitación a performar los sentidos de los asistentes quienes son influenciados por el tacto incluso a través de la distancia en la observación. Este contacto, constituye el elemento que acompaña a las intérpretes en el ejercicio haptico, el cual propicia reflexiones tanto personales como colectivas, al situar la piel como un medio de conexión entre las fronteras limitantes del cuerpo con su entorno. A través del movimiento de las bailarinas, que se acarician, se tocan y se entrelazan en el tacto y el contacto, la obra interpela al espectador para que se abra a una infinidad de posibilidades que se entretejen con otras dimensiones de la existencia humana.
La presencia de una sustancia gelatinosa impregnada en los cuerpos y la licuidad del ambiente, son elementos que conducen hacia la manifestación de un interior que deviene otros mundos a investigar. Membrana, invierte la comprensión de la piel como límite e invita a reflexionar sobre las problemáticas que acompañan el contacto creando un entramado de re-conexiones que trascienden el cuerpo. De esta manera, el proyecto aborda el problema de la finitud sumergiéndose en la existencia de una infinitud que se ha vuelto ajena a la realidad contemporánea. En un mundo donde las relaciones se encuentran en crisis, esta pieza de danza puede entenderse como una poderosa metáfora para explorar temas como la identidad, la conexión y los límites.
Entonces ¿que se contacta cuando entramos en contacto? es la siguiente pregunta que se plantean las intérpretes y personalmente elijo para extender el trabajo presentado en una sala de arte a través de estas líneas, en un intento de performatividad cibernética. Porque la danza es para todos y puede aplicarse desde cualquier escenario cumpliendo con el movimiento y la poética que le entrega la intención del espíritu que la posee. La invitación es a detenerte por un momento para conectar con tus sentidos y revisar si esta pregunta generara algún tipo de movimiento en tu interior.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA Y PERFORMANCE: Poly Rodríguez Sanhueza | Performance y cocreación: Georgia Del Campo, Kamille Gutiérrez, Katya Noriega, María S. Medina, Javiera Sanhueza | Diseño sonoro: José Miguel Candela | Diseño Integral: Katiuska Valenzuela | Registro y activación sonora: Javi Robledo | Asistencia dirección artística: Marta Núñez | Asistencia de diseño: Isidora González | Diseño gráfico: Jaime San Martín | Audiovisual: Felipe Díaz | Producción: Marcela Olate | Comunicación: Angela Godoy | Colaboraciones: Constanza Schmidlin -cultivo de celulosa bacteriana, Francisco Cancino -asesoría en voz, Abel Muñoz -asesoría hidráulica, Rodrigo Ríos -asesoría cimática y sonora, Sierra – residencia de arte y plataforma, Pliegue, Centro marabunta, Departamento de Danza y Foro de las Artes DiCREA Universidad de Chile. Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, convocatoria 2023. Fotos Patricio Melo-GAM
Por IXI DONOSO. Bailarina. Magister (C) en Teoria e Historia del Arte. U de Chile