La poca visibilidad que ha tenido la dramaturgia femenina a lo largo de la historia del teatro ha dado nacimiento al podcast Dramaturgas Chilenas, que se está emitiendo por las redes sociales del Teatro Sidarte, para lo cual nace con el objetivo de profundizar en las temáticas, enfoques e imaginarios que construyen las autoras escénicas, siendo una nueva estrategia para suplir aquel olvido y ausencia con estas nuevas autorías surgidas en estos años.
Este es un proyecto que adquiere vida y sentido para dar a conocer el trabajo de 18 escritoras de dramaturgia, ideado por la periodista e investigadora cultural, con estudios de crítica escénica y mediación cultural Gabriela González Fajardo. Cabe hacer hincapié que Gabriela es creadora y directora de SANFIC (Santiago Festival Internacional de Cine); además del proyecto consolidándose actualmente Creando Escena: Dramaturgas Chilenas Contemporáneas. Proyecto que se ha ido diversificando en varios frentes y formatos, tales como el podcast que se está emitiendo actualmente vía Teatro Sidarte, para luego alojar dicho material en una página web, además de un libro que reúna aquellos textos e investigación.
Para adentrarnos en aquel trabajo recopilatorio conversamos con su creadora Gabriela González y esto respondió a las inquietudes que le planteamos:
Debido a la vastedad de dramaturgas que en estos últimos años han
ido adueñándose de la escena teatral — y que también ha sucedido en
otros formatos artísticos — ¿Cuál piensas que son los temas,
necesidades y carencias que irrumpen con fuerza en la escritura y
creación de estas voces?
Creo que el género es algo que cruza estas autorías, pues creo que las sitúa como creadoras, pero no las limita a temas que pudiéramos denominar femeninos. Me parece que una necesidad es que sus textos circulen y se editen, permitiendo de esa forma su estudio y visibilidad.
Una pregunta a inquirir es: ¿Dónde, cuándo y en qué momento nació la
inquietud de crear este archivo recopilatorio de la dramaturgia
femenina?
Surgió en 2017. Entonces el tema de la desigualdad de género estaba muy presente en los medios de comunicación, las organizaciones feministas y las universidades, por lo que fue muy fácil ver que las artes escénicas no eran ajenas a esas diferencias. Entre 2009 y 2016 yo colaboraba en el programa Radiópolis, de Radio Universidad de Chile, como panelista de teatro por lo que pude conocer varios montajes de autoría de estas mujeres y notaba que eran muchas y que estaban creando y estrenando mucho también. En ese contexto surge la idea del proyecto. Recuerdo con especial atención una información que hizo circular el Festival Lápiz de Mina respecto a la presencia de obras escritas por mujeres en algunos teatros y era muy baja. El Teatro Nacional Chileno había estrenado sólo 14 obras escritas por mujeres en 75 años (momento en que se hizo la cuantificación) y me pareció brutal. Algo similar ocurría en el Teatro de la Universidad Católica y en GAM, entonces pensé que era algo que había que revertir y así surgió la idea del proyecto. Como mi experiencia como periodista teatral y como espectadora se remite a la Región Metropolitana, es que en esta primera etapa las autoras a considerar sean de esta región, pero la intención es en una segunda etapa incluir a dramaturgas de otras regiones.
¿Por qué se necesita un archivo de la dramaturgia femenina? ¿Por qué
no es más adecuado y democrático un archivo que reúna las obras sin
división de género?
Este proyecto surge de un diagnóstico que es que los textos dramáticos escritos por mujeres tenían (al momento de la postulación a fondos de cultura) y tienen aún menos visibilidad que el de sus pares varones y buscando revertir eso es que se propone la creación de este archivo de la dramaturgia femenina. Este proyecto busca aportar en la solución de ese problema y no de otro que pueda parecer más adecuado o democrático. Creo que se necesita este archivo no sólo para conocer a estas autoras si no lo que ellas están diciendo en el teatro, que me parece igual de importante. Si recuerdas, en 2018 en el marco de la ola feminista que comenzó en las universidades las estudiantes levantaron la necesidad de contar con más referentes femeninos en sus clases y material bibliográfico, y me parece que tener un archivo digital con los perfiles de estas autoras y sus obras va a permitir que ingresen a las aulas y así también a la historia del teatro chileno de una manera mucho mayor a lo que está sucediendo hoy.
De acuerdo a sus estudios de la dramaturgia femenina y conocer las
distintas preocupaciones que moviliza a las dramaturgas recopiladas,
¿Hay aspectos o factores que se configuran como determinantes y
exclusivamente femeninos?
Evidentemente su condición de mujeres dramaturgas la sitúa, pero si te refieres a temáticas, no. Cada una está problematizando diversos temas y también explorando posibilidades escriturales que no tienen que ver únicamente con su género. De lo que he podido conocer hay una pulsión fuerte por crear y por llevar a escena esos textos, me atrevería decir que se escribe para montar, algo que podría parecer obvio, pero no lo es tanto. Todas al menos tienen tres textos de su autoría estrenados. Otra característica es que varias de ellas ocupan otros roles teatrales, como directoras y actrices, y otras varias asumen el proceso creativo completo (escritura, dirección y interpretación/o performance).
Lamentablemente hay temas de violencia o invisibilización que deben enfrentar por su género. Carla Zúñiga comentaba que una vez estuvo con su compañía, La Niña Horrible, en el Teatro de Las Condes y los técnicos no hablaban ni con ella ni con la productora, las únicas mujeres del equipo. O cuando Isidora Stevenson recibe un premio por su texto Réplica y la llaman al escenario para entregarle el reconocimiento, pero también al director de la obra, algo que no hubiera sucedido si el reconocimiento hubiera sido a la dirección. Esas situaciones se deben a que ellas son mujeres.
Cada cierto tiempo se produce la discusión sobre los Premios
Nacionales. Y la discusión es que siempre resultan favorecidos
escritores hombres en desmedro de escritoras mujeres: ¿Cuál crees que
serían las razones de esa disparidad?
Yo creo que evidentemente hay un sesgo de género, en el que históricamente los autores (del teatro, música o cualquier otra disciplina artística) son hombres, de otro modo no me explico que Isidora Aguirre no haya recibido el Premio Nacional. Piensa que las mujeres que han recibido el Premio en las Artes de la Representación son actrices, es decir su rol está ligado a lo interpretativo pero no a quienes crean discursos e imaginarios.
Lo anterior además va de la mano con el problema de la poca visibilidad que hablábamos antes. En el caso de la dramaturgia, las mujeres han escrito siempre, pero ¿han tenido sus trabajos la misma visibilidad que el de los dramaturgos? La respuesta es no y cuando se suele llevar la discusión al tema de los méritos me parece que se deja de ver ese factor que es fundamental. Volviendo al ejemplo del Teatro Nacional Chileno, si en 75 años sólo se habían montado 14 textos de autoría de mujeres ¿qué posibilidades tienen esas dramaturgas de que su trabajo sea conocido, reconocido, estudiado y a la larga valorado como para recibir ese reconocimiento? Considerablemente menos.
¿Cuál es el diagnóstico de la dramaturgia chilena actual y en
específico, de la escrita por mujeres? ¿Se pueden incluir ambas en un
mismo análisis o dichos estudios deben separarse por género para su
mejor entendimiento?
Creo que la dramaturgia actual es muy fecunda y variada, no sólo en temas sino en las formas de escribir lo escénico, ya que muchas compañías realizan procesos de creación colectiva que devienen en un texto o en una puesta en escena. Además, hay un permanente interés por formarse en la dramaturgia y hoy tenemos muchos más autores que pueden enseñarla. En el caso de las 18 autoras de esta investigación, casi todas por ejemplo nombran a Marco Antonio de la Parra, Benjamín Galemiri y Juan Radrigán como sus formadores y hoy vemos a muchos más dramaturgos y dramaturgas jóvenes impartiendo talleres. En relación a si se pueden incluir ambas en un mismo análisis o separarse, creo que depende. Me parece que en casos como el de mi investigación es necesario separarlo, ya que ésta responde a un objetivo de visibilidad que se sostiene en el género, pero me parece que en otros temas perfectamente se puede incluir o estudiar la dramaturgia actual y sin esa separación.
Quiero que hablemos de las temáticas, de los contenidos. Primero, antes
del estallido social, la dictadura y su peso ideológico y de violencia
que instaló en el país, generó un tipo de contenidos teatrales que tuvo
como su momento explosivo el estallido social del 18 de Octubre del
2019, creo yo. Segundo, al detenerse las actividades artísticas producto
del mismo estallido y posterior pandemia covid-19, ¿Has pensado en cómose van a visualizar las temáticas y el tipo de teatro influenciado por
estos fenómenos sociales, humanos, laborales y emocionales, una vez quese tienda a normalizar la actividad teatral?
Yo creo que el teatro chileno ha tenido siempre ese vínculo con la historia y la contingencia, de hecho varias obras surgen de noticias (pienso en textos como Sentimientos, de Carla Zúñiga, Proyecto de Vida, de Emilia Noguera, Prefiero que me Coman los Perros, de Carla Zuñiga también) o de temas que están en la contingencia (la violencia que aborda Pablo Manzi, los crímenes y la homosexualidad que aborda María José Pizarro, por mencionar algunos) entonces me parece que cuando se retome la actividad teatral eso continuará siendo así. Y probablemente haya una explosión de textos y obras porque todo lo que ha pasado de octubre a la fecha ha sido tremendo y ha permitido evidenciar, sin velo alguno, la desigualdad y el abuso en el que vivimos, por lo que todas las demandas que surgieron en el estallido social, muchas de las cuales tienen origen en el sistema político y económico impuesto en dictadura, están muy vigentes, y ha sido muy brutal porque en medio de una pandemia mundial se sigue institucionalizando el abuso y el Estado no es capaz de entregar derechos sociales mínimos para toda la población. ¿Si no es en una pandemia mundial, cuándo podemos esperar algún tipo de seguridad social? Yo creo que van a surgir cosas muy interesantes porque la escritura es una vía de expresión muy efectiva y los últimos meses, sobre todo los de confinamiento, nos han afectado en lo emotivo y es muy probable que mucha gente se haya lanzado a escribir como respuesta al contexto hostil y de incertidumbre que vivimos.
Gabriela, en qué consiste y cómo se gestó el proyecto y la alianza
entre el área de comunicaciones del Teatro Sidarte y la investigación
Creando Escena: Dramaturgas Chilenas Contemporáneas, donde está
contemplado publicar un libro, crear una página web y redes sociales quedarán a conocer el trabajo de 18 escritoras de dramaturgia.
El proyecto está en desarrollo aún y hay una conversación preliminar con la editorial Cuarto Propio pero aún nada cerrado. En el caso de la web, será una web propia del proyecto.
En relación a la colaboración con Teatro Sidarte, ellos fueron muy amables y receptivos con la idea del podcast y de inmediato nos dieron su apoyo que consiste en alojarlo en su web y sus cuentas de Spotify y Mixclound. Con Macarena Montes, encargada de comunicación del Teatro, somos amigas hace años y como ambas amamos el teatro vamos a ver obras, conversamos sobre ellas siempre. Cuando comenzó el confinamiento le conté la idea de hacer una suerte de club de lectura radial y teatral con textos de dramaturgas porque me parecía interesante hacer el ejercicio de conversar sobre los textos despojados de lo escénico. Además, porque como había tenido acceso a ellos en el marco de la investigación, me parecía que eran hermosos, profundos, inteligentes, críticos y que sería un gran aporte intentar incentivar su lectura en otros a través del podcast. Ella aceptó de inmediato y luego invité a otra colega y amiga periodista, Daniella Girardi, también trabajadora del área cultura, y a Isabel Sapiaín, docente con estudios superiores en teatro a quien conocí en un diplomado de crítica escénica, y todas aceptaron. Empezamos a grabar los programas sin saber cómo los emitiríamos. En paralelo, el teatro estaba incursionando en proyectos digitales y así hicimos la consulta y ellos nos recibieron muy cariñosamente y hasta ahora ha sido una colaboración maravillosa. Nos sentimos muy honradas por el apoyo y la confianza que nos han dado y esperamos que esta unión sea larga y fructífera.