Creo que nunca entenderemos. Lo digo en serio; nunca, jamás entenderemos esto de las disidencias sexuales, la diversidad de género, algo que hoy nos explota a muchos en la cara, en el cerebro, en el alma.
Qué mejor momento que hoy para ver la obra “CHECHENIA” de la dramaturga Carla Zúñiga, que nos invita, constantemente, a “sacarnos los ojos de vidrio” para ver si por fin comenzamos a entender.
Esta es una obra que escoge ese lugar del mundo, Chechenia, porque es un país muy criticado por la persecución y asesinato de las minorías sexuales; pero creo que, en el fondo, es la representación de todos aquellos seres que renegamos de la posibilidad de la existencia de otros con una realidad distinta a la construcción que tenemos en nuestro sistema de creencia.
Los ojos de vidrio, de poder ver, solo nos mostrarían el cómo nosotros “vemos” a los demás, es decir, el reflejo de nuestra creencia, no la realidad que ellos representan, y que los hace ser otros. Es un aporte a la discusión en sociedad para que nos hagan traspasar los argumentos de la próstata y el útero. “Ojos de vidrio”, es una expresión que usa la protagonista Metamorfosis, para referirse al soldado, que a pesar de mirar las fotografías, no la reconoce, tampoco lo hace su madre homofóbica.
Una extraordinaria puesta en escena con una actuación que cautiva desde un comienzo y nos invita a esa profunda reflexión con todos los protagonistas en escena: los disidentes de allá y de acá; porque así estamos, estancados en bandos, en muchos bandos.
Y todos los que nos preguntamos ¿qué es esto? en materia de género o de minorías sexuales, es porque no entendemos, y por eso este texto se hace necesario, porque cada vez más Metamorfosis pueblan la tierra y no podemos seguir invisibilizándoles por miedo a que nos contagien y destruyan nuestra realidad, como si se tratara de una plaga.
Aplauso cerrado para todo el elenco, para todo el equipo de la compañía SIAMESAS por tan extraordinario trabajo. Hay que pasearlo por todo Chile, hay que usar este material para generar grandes debates y así, comenzar a sanar de la enfermedad de los “ojos de vidrio” y construir una sociedad más honesta, más feliz.
Es claro que tenemos una problemática con nuestro elemento discriminador; que no es nada fácil pulverizar un sistema de creencia que nos enseña a distinguir por la vista; que nos podemos hacer los ultramodernos, pero en el fondo continuamos viendo al gay como un hombre disfrazado al igual que la lesbiana. Por todo esto es que seguimos sin entender nada.
No deje de asistir a “CHECHENIA: METAMORFOSIS PETROVA ALIAGA”, dele una oportunidad a su propia Metamorfosis. Está hasta el 2 de junio en Matucana 100.