La obra de danza NEUMA, que traducido del griego significa soplo, espíritu, aliento; es la nueva creación de la coreógrafa Bárbara Pinto Gimeno, es una pieza situada en un espacio sin tiempo ni clima, donde el Yin y el Yang se baten a duelo. Instalada sobre una base de aridez espacial y recurriendo a sugerentes elementos acotados pero muy significativos en su desarrollo, nos devela que cada paso de nuestro viaje sobre la vida y, ¿la muerte? es siempre en solitario.
Con estreno y funciones en Centro Cultural GAM, el unipersonal recurre al recurso fotográfico para hacer transitar el cuerpo de la intérprete Paulina Vielma en un espacio significativo que da sentido al viaje iniciado. Un espacio que nos brinda momentos de quietud, al contemplar y comparar la rigidez del instrumento corpóreo en un desplazamiento paulatino por distintos estados al cual ha resultado seducida la viajera.
La intensidad de la respiración aparece como un elemento fundamental en la puesta, ya que complementa y alimenta los movimientos de forma orgánica y la música permite fusionarse con el tempo que los tonos bajos de la misma necesidad orgánica permite su elaboración.
La frialdad que requiere el tema en desarrollo está íntimamente dado por la iluminación. El silencio que otorga vida a los referentes espaciales como las piedras, insuflan otra textura a los volúmenes, camuflando muchas veces a la bailarina. Ella, desde posiciones y movimientos poco convencionales nos lleva a observarla, acompañarla y escuchar su paso. Aquel paso que respira y agiliza por momentos, se hace más circular y protagónico en ocasiones que se alternan sucesivamente.
La vida y la muerte se enfrentan finalmente. Y, a juicio personalista, desde una fase poco alentadora, desde una especie de aridez. Podemos ver la vida en la respiración, en el comienzo de los movimientos y en los tránsitos verticales, siempre alentado por sus brazos, encarnando una vida en desolación. ¿La muerte? La muerte está más próxima y es inminente su presencia por lo pesada de la atmósfera para su tránsito, un tránsito aplastante y horizontal, angustiosa también.
Su cuerpo devela agitación por lo que se juega en el espacio generoso en su disposición.
En resumen, una puesta en escena muy interesante, quizás si los tiempos fotográficos al presentarse más acotados y variados, la energía del espectador se concentraría en asimilar el tempo que se reitera como recurso para retener la imagen. Sin duda la plasticidad de la intérprete hace que las posturas complejas se vean siempre estéticas y se agradece su resistencia y fluidez al trasladarse por el espacio, sobre todo a ras de piso. Trabajo exigente y atractivo, quedando la sensación de continuar el tránsito iniciado por la intérprete en aquel escenario donde la vida y la muerte muestran sus virtudes y defectos.
FICHA TÉCNICA:
Dirección Bárbara Pinto Gimeno Interpretación Paulina Vielma Creación coreográfica Bárbara Pinto y Paulina Vielma Diseño integral Eduardo (Mono) Cerón Diseño de iluminación Andrés Poirot Composición musical Damián Noguera Dirección vocal Silvia Vivanco Diseño y dibujo en escena Pilar Quinteros Texto en escena Verónica Jiménez Realización escenográfica Manuel Morgado Mecánica escenográfica Gustavo Muñoz & Francisco Muñoz / Taller Dínamo Prensa y difusión Claudia Palominos Producción general Josefina Greene Lamarca. “Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, convocatoria 2020”