Luego de estrenar en la sala La Usina de Madrid, la Compañía Rodrigo Claro trae el montaje: “Perdóname por solo acordarme de ti cuando me aburro”, a Chile, en una revisión del autor ruso Anton Chéjov a la vida contemporánea y cierra una exitosa temporada este fin de semana con funciones en el Club de Teatro (Chucre Manzur 10, Providencia) de jueves a domingo a las 20:00.
La historia muestra a Masha y Simón como una pareja de españoles cuya relación ha caído en la monotonía hace más de 10 años. Un viernes por la noche organizan una comida en su departamento con Irina, amiga de Masha de toda la vida y Alek, un nuevo compañero de trabajo de Simón.
Durante el encuentro los personajes conversan, toman, cantan y discuten de temas banales con toda ligereza, pero con el paso del relato advertimos que nadie se muestra tal cual es, pues se van develando las verdades para, finalmente, descubrir que Masha los ha convocado a todos porque añora la muerte e intenta saber qué es lo que van a decir en su funeral.
La obra está escrita y dirigida por Federica Larraín Matte y toma como punto de partida la revisión de dos clásicos del dramaturgo ruso Anton Chéjov: La Gaviota y Las tres hermanas. La dramaturgia rescata la picardía y el humor propios del estilo chejoviano, lo que termina por ofrecer un montaje sugerente; cuyo argumento brilla en lo que no se dice, en el subtexto. América Navarro García la complementa desde la asistencia de dirección.
La obra propone una narrativa interesante, pues Masha es el único personaje que utiliza el recurso del aparte, y entrega al espectador información que desde adentro los personajes desconocen. El límite con la cuarta pared está en constante amenaza, y sin embargo el realismo no pierde organicidad, aunque esto último puede ser un arma de doble filo para los intérpretes, al tener que sostener la carga energética durante toda la función.
La actriz María Concepción Orgaz encarna a Masha, la protagonista de la obra, que tiene el mismo nombre de los personajes de Chéjov. Masha lleva un vestido negro y un ánimo terrible, como el personaje de Chéjov. Ella representa a la muerte en vida, la muerte como un estado de ánimo (lo que recuerda también a otros personajes, como IVANOV) y marca un contrapunto con el resto de la escena.
El actor Antonio Carrera Anaya interpreta a Simón, un hombre en sus cincuenta que gusta del alcohol, aunque no quiera admitirlo. Simón pretende que todo está bien en su relación con Masha, pero es evidente que no lo está, pues ella con suerte le dirige la palabra. El actor realiza un papel que implica revisar las actitudes propias de un hombre de su generación y se hace cargo de ello con naturalidad.
María Olga Matte da vida a Irina, nombre presente también en las obras de Chéjov, un alma libre y entusiasta que viene llegando de un viaje por Moscú, y busca en esta comida reencontrarse con una vieja amiga que no ve hace años. Irina representa más que nadie el mundo de las apariencias, pues ella pretende ser feliz, pero la verdad es que está destrozada por dentro. A medida que avanza la obra, la actriz va revelando poco a poco su desgracia, hasta que termina descuerándola por completo y mostrándonos al personaje en carne viva, sin ataduras ni complejos.
Cristóbal Pizarro interpreta a Alek, en reemplazo del actor Jorge Herranz, quien venía realizando el papel para el estreno en Madrid. Pizarro es más joven que el personaje original y la dirección se hace cargo de ello, adaptándose al intérprete en escena. Alek es un joven reservado, pero parece tener mucho que contar, y la interpretación sutilmente genera ese misterio en el espectador.
Diego Astudillo Farías y Romina Donoso quedan a cargo del diseño integral, que es fiel al departamento donde ocurre la realidad propuesta, y se va modificando por acción de los actores y actrices que reordenan los muebles según las necesidades de la escena. La iluminación ayuda a irrumpir el espacio en los momentos de canto y baile, y va perdiendo armonía y brillo a medida que avanza la historia. El diseño sonoro, por su parte, entrega espacio a los actores y actrices a cantar sobre éxitos instrumentales o a bailar al son de música prendida, pero a ratos decadente.
Perdóname por solo acordarme de ti cuando me aburro, es una obra existencialista, realizable en cualquier parte del mundo, que exhibe a la alta sociedad chilena actual como una comedia y, de alguna manera, la relaciona con la pequeña burguesía de la Rusia zarista de Chéjov; donde nada es lo que se aparenta. La obra no pretende dejar una enseñanza moral, sino más bien revisar la sociedad que nos alberga y reflexionar en torno a nuestra relación con el resto y con nosotros mismos.
FICHA ARTÍSTICA: Dramaturgia: Federica Larraín Matte. Dirección: Federica Larraín Matte. Asistencia de Dirección: América Navarro García. Elenco: María Concepción Orgaz, Antonio Carrera Araya, María Olga Matte y Cristóbal Pizarro. Diseño Integral: Diego Astudillo Farías, Romina Donoso