Entre el 16 de junio y el 2 de julio se presenta en el Teatro La Memoria Proyecto Diablo, un monólogo ideado en conjunto entre el actor Felipe Zepeda, el diseñador escénico Nicolás Jofré y el dramaturgo Marcelo Leonart. La obra, concebida al fragor del estallido del 18 de octubre -y, posteriormente, en plena pandemia del Coronavirus- nos presenta a un oficinista común y corriente quien, tras su jornada laboral, es atacado por un elemento contundente en la Zona Cero de Santiago, en las cercanías de Plaza Dignidad. De traje, corbata, maletín y una bebida cola en la mano deambula entre cánticos y lacrimógenas mientras, como protagonista y testigo, narra lo que ve en la calle y describe a ese pueblo que se levanta y sobrevive. Tras presentarse con éxito en el Teatro del Puente y Teatro Mori Bellavista, el montaje vuelve a escena -en su cuarta temporada-, esta vez, muy cerca del lugar que lo inspiró.
Una de las cientos de imágenes que nos dejó la revuelta social de octubre de 2019 es la de un hombre común: un oficinista de impeclable terno con una bebida cola en la mano. Carabineros corren a su alrededor y los manifestantes lanzan piedras a escasos centímetros. El individuo, sin embargo, se mantiene quieto, en calma, como si viviese en otro tiempo y lugar. Viralizada a través de memes y stickers, la foto de Gino Ángel Rojas Oyarce -más conocido como el personaje de la frucola– se transformó en un emblema, no sólo por su estética sino que, sobre todo, por su cualidad de testigo. Precisamente, dicha foto inspiró a un trío de artistas (el actor Felipe Zepeda, el diseñador escénico Nicolás Jofré y el dramaturgo Marcelo Leonart) a reflexionar en torno a uno de los hechos históricos más importantes del último tiempo.
Según relata Zepeda, fue en un almuerzo con sus compañeros donde surgió la iniciativa de volcar la revuelta en obra. “De pronto nos dimos cuenta que las personas se transformaban en un solo cuerpo, como si el diablo se hubiese liberado. O, mejor dicho, como si la gente se hubiese transformado en ese diablo. El título fue lo primero que apareció”, recuerda. “Durante la revuelta, además, surgió una difusa distinción entre el bien y el mal. ¿Quiénes eran los diablos? ¿Los que empezaron con la violencia? ¿Pero quién empezó con la violencia? ¿La violencia son las lacrimógenas? ¿O la violencia es el fuego? Cada uno es el diablo del otro. A veces ser el diablo puede ser un orgullo. Y, a veces, una maldición”, agrega Leonart (Noche Mapuche, Tú no eres, hermana, un conejo corriendo desesperado por el campo chileno), a cargo de la escritura del texto.
Un texto que recoge la figura de un don nadie, un pobre diablo, una persona común y corriente, un oficinista de traje y corbata al que, de pronto, se le apareció el diablo bailando entre los manifestantes en plena zona cero. Un sujeto que se transforma en protagonista y testigo de la violencia, de la fiesta. Un sujeto que se enfrenta a un hombre arriba de un caballo de metal mientras recuerda otras historias, igual o más violentas. Como la de la Carmencita, una vendedora de un mall del barrio alto que también tuvo un encuentro con el diablo antes de que el país entero alzara la voz para decir basta.
“Uno de los pilares de nuestra metodología de trabajo fue la observación. Muchas veces nos encontramos los tres en las calles y vimos como esos ‘nadie’ comenzaron a transformarlo todo”, agrega Jofré. Ante ello, optaron por dirigir el montaje colectivamente, recogiendo los aportes de cada uno según sus áreas de experiencia. “El estallido vino a replantearnos muchas cosas, entre ellas, la manera de trabajar. En efecto, fue un proceso colectivo, de comunidad, de encuentro por lo que nos pareció coherente enfrentar la obra de ese modo”, explica Zepeda.
Estrenar la obra hoy, a dos años de esos eventos, cobra un valor especial para el grupo. “En un país donde la memoria cada día es más frágil y se intenta borrar con disparos y abusos nos parece relevante recordar que el proceso constituyente fue un triunfo de las personas en la calle. Y aquí nos encontramos narrando lo que nunca pensamos que podríamos narrar: el despertar de un pueblo aletargado en las postrimerías del capitalismo tardío”, señalan. Tras presentarse con éxito en el Teatro del Puente (diciembre 2021 y marzo 2022) y Teatro Mori Bellavista (enero 2022) la obra vuelve a escena, esta vez, muy cerca del lugar que la inspiró.
FICHA TÉCNICA: Dirección: Marcelo Leonart, Felipe Zepeda, Nicolás Jofré. Dramaturgia: Marcelo Leonart .Elenco: Felipe Zepeda. Diseño integral: Nicolás Jofré. Música: Alejandro Miranda. Producción y difusión: Francisca Babul. Prótesis: Javivi Misle, Franklin Sepúlveda. Fotografías: Maglio Pérez.