Durante el segundo semestre del año 2021 la Apertura de proceso de Proyecto HEMIN, se presenta virtual y semipresencialmente en Chile y Argentina, por distintas plataformas streaming de Chile y Argentina. Siendo el primer grupo chileno en exponer allí, equipo además conformado por mujeres de diversas disciplinas y trayectorias. Este proyecto interdisciplinario de artes escénicas explora la intimidad de dos mujeres violentadas de diversas formas machistas, reflejando la impunidad en que la justicia patriarcal chilena deja a femicidas y torturadores sexuales, en una apuesta escénica sensorial. Para conocer más de esta propuesta escénica, conversamos con Montserrat Lucero, dramaturga y directora de la obra. Escuchemos lo que nos dijo al respecto:
¿Al ser importante en la historia, que el perfil y la estructura de los personajes, sean artistas visuales, no les juega en contra una competitividad ególatra entre ellas?
No. Es cierto que la madre tiene una configuración narcisista como personaje, y en algunos diálogos afirma estar compitiendo con su hija artísticamente, pero en realidad no lo hace. En el teatro siempre se ha dicho, desde la teoría de Stanislavski, que el personaje no es lo que dice, sino lo que hace, y la problemática que se pone en juego con este personaje es cuestionar el estereotipo de la “madre abnegada”. El hecho de que las personajes sean artistas visuales sirve para agregarles otra capa de vulnerabilidad, es decir, la precarización que se ha vivido como sector profesional en Chile desde sus políticas públicas surgidas en dictadura. Es decir, que sirve para hacer una crítica también a la violencia de tener inestabilidad social y económica si decides dedicarte al arte. Por último, la elección de por qué son artistas visuales y no de otras artes, es porque la obra busca crear un imaginario visual sobre dos subjetividades femeninas que se contraponen valóricamente, porque representan a generaciones distintas y a cosmovisiones políticas distintas sobre lo femenino.
¿No afecta o no disminuye la narración y/o entendimiento de la historia, el tener que conjugar en escena varios formatos artísticos, siendo que no todos son narrativos? O, cuéntanos los argumentos a favor que tuvieron para trabajar la puesta en escena, en estos formatos artísticos.
Creo que la fotografía, las artes visuales, la performance y la danza pueden crear obras altamente narrativas, va a depender de cómo se interpretan. En el caso de Proyecto Hemin, la interdisciplina está puesta al servicio de sumergir a la audiencia en la intimidad de estas dos personajes que están en constantes tensiones sobre su identidad y sobre las experiencias que las marcaron. La obra plantea varias líneas narrativas, como la situación presente de una madre y su hija que viven encerradas, la re-creación que estas hacen de su pasado, y los momentos de reflexión que desencadenan estas acciones, todas ellas llevadas a imágenes sensoriales creadas desde un lenguaje escénico interdisciplinario.
¿Qué gestos por parte de la sociedad, serían necesarios o requeridos, para una reivindicación y reparación del daño que han sufrido las mujeres, cuando acuden a la justicia machista y patriarcal, que ha operado en el país por décadas? Y la mujer en Latinoamérica ha sido subyugada de forma sistemática.
Creo que es urgente que toda violencia sea reparada y que todo criminal pague con condenas ejemplares, algo que no ocurre en Chile cuando se trata de criminales con poder político y/o económico. En el caso de la violencia de género, y refiriéndome solo al caso de las mujeres cis, a sabiendas que la interseccionalidad de identidad/expresión de género y orientación sexual, de raza y pobreza aumentan las brechas, así como si se trata de abuso contra las infancias o contra trabajadorxs sexuales, pasan cosas en verdad vergonzosas, que lo único que producen es hacernos pensar que algunos hombres extremadamente débiles se unen para intentar menoscabar la vida de las mujeres que aparecen en sus vidas. Me refiero a las negligencias policiales y judiciales cuando hombres atacan a mujeres, pero cuando una mujer se defiende con sus propias manos, a ella sí le cae el peso de la ley.
Entonces, el primer gesto reivindicatorio sería compensar a las familias que han perdido a alguna mujer, que aquellos casos sin culpables sean realmente investigados, y que el criminal vaya a la cárcel, como debe ser. Que toda mujer abusada tenga una red de apoyo/protección/reparación social efectiva. Que las policías hagan su trabajo de proteger a las mujeres que denuncian, haciendo un seguimiento a las órdenes de alejamiento y que efectivamente se cumplan, así como también que todas las instituciones involucradas en casos penales funcionen verazmente, como Físcalía, Gendarmería y El Servicio Médico Legal por ejemplo. Recordemos que en el caso de Ámbar Cornejo no se consideró el informe de Gendarmería, más encima ninguna red protectora estaba a su servicio tampoco; en otro caso emblemático, el informe del Servicio Médico Legal en la autopsia de Ana Villarroel alias Anna Cook fue deficiente y alterado. Sobre este último caso, ¿Por qué no se investigó la coartada de Raúl Azócar, es decir, realmente hay pruebas de que esa mañana del 2 de agosto de 2017 él fue al dentista? ¿Por qué no se hicieron las pruebas de ADN entre el material biológico hallado en la cuerpa de Anna con el ADN de Raúl Azócar y de Matías Troncoso y con todo aquel que estuvo en esa casa esa noche? Estas negligencias son extremas y por lo mismo producen extrañeza, ¿acaso son intencionales?
Como bien expresas, en Latinoamérica hemos vivido una completa anulación, desde que los conquistadores anularon nuestras culturas originarias, desde que violaron a nuestras ancestras, desde que son los dueños y manufactureros de nuestras materias primas y las autopistas, desde que se impuso culturalmente la idea de que los hombres sí podían golpear a las mujeres, sí podían violarlas, sí se las podía acosar y ridiculizar, sí se las podía manipular mediante chantaje emocional para que, por medio de la culpa, accediéramos a sus deseos, sí se las podía bloquear e invisibilizar en sus profesiones, sí se podían compartir sus packs, etc. Esto no es más que un vergonzoso pacto de debilidad, como expresé antes, que ha incluido a mujeres alienadas también de/con esos sistemas, pero que estoy segura de que existen más y más personas libres y valientes que no han vivido o que no vivirán según estas prácticas dignas de lástima.
Creo que la cultura naciente de una educación sexual integral, una educación no sexista, la educación emocional y la educación cívica, la despenalización del aborto, el proceso constituyente plurinacional y la abolición de las culturas de la pedofilia, el bullying y la violación lograrán grandes cambios en pos del bienestar y la dignidad humanas. Eso espero y me entusiasma mucho.
Podrias contarnos de tus motivaciones y razones, para llevar a escena esta historia.
Esta obra me ha hecho recorrer todas las experiencias dolorosas de mi vida. Mientras escribía la dramaturgia me encontré muchas veces con vacíos y silencios sobre mi historia personal que me propuse llenar con palabras. Eso también me llevó a observar las historias de las mujeres que me rodeaban, familiares, amigas y conocidas, y comencé a encontrar historias y sensaciones repetidas. Así llevé un largo y doloroso proceso de escritura casi etnográfica, que finalizó con una dramaturgia de distintas texturas. Por una parte tiene un diálogo cotidiano y dinámico, pero también es poético y reflexivo. El proceso de creación para la puesta en escena me ha hecho llevar a la práctica el contenido de la dramaturgia, es decir, ha confrontado mi subjetividad en el trabajo colectivo con mis colegas, y ha confrontado el discurso de la obra. Me di cuenta que he llevado 21 años creando razones para no denunciar. Cuando tenía 16 años y me violaron no sabía que podía ir a un hospital a constatar lesiones y realizar una denuncia, aunque sí tenía claro que nadie me iba a creer y que me culparían a mí. Luego sentí que ese tipo –el violador— no merecía la pena y me propuse olvidar ese episodio y seguir con mi vida como si no hubiese pasado. Pero el episodio siempre volvía en mi escritura. Cuando terminé de escribir esta obra en el 2016 nadie se interesó en ella, lo que me volvía a confirmar que estos temas “no eran relevantes, que debían mantenerse en el silencio y la oscuridad”. Por eso estoy tan agradecida y orgullosa de nuestro movimiento feminista, porque nos permitió darnos cuenta de que nosotras no éramos las “locas, histéricas, pasás de rollo”, sino que habíamos sido víctimas de delitos criminales, y que hemos vivido en un sistema que avala la violación como algo sexy, que avala el abuso hacia las mujeres, disidencias, infancias, más aún cuando se es pobre o racializadx. El feminismo es una forma de ver el mundo, nos abre los ojos frente a las macro y micro violencias por ser quiénes somos. Hoy, cuando he encontrado acogida para mi proyecto, cuando existen las funas y el apoyo sororo, puedo comenzar a funar al viejo asqueroso que me violó. Ni siquiera sé su nombre completo, es por eso que me gustaría usar este medio por si alguien me puede dar alguna información. Este tipo decía llamarse “Emilio”, era un viejo alto, corpulento y canoso que atendía la tienda de tatuajes y piercings “Innova” del Paseo Las Palmas de Providencia. A mí me violó el año 2000 en esa misma tienda. La necesidad de concretar esta obra, más allá de lo que significa en mi vida personal, creo que habla del trauma femenino, pero también de una forma de autonomía y reivindicación femenina, desde distintas texturas y sensaciones, por lo mismo es necesariamente interdisciplinaria y sensorial.
¿Ha sido determinante el encierro producto de la pandemia que azota al mundo, el aumento de los casos de violencia; que exacerba las animadversiones entre las personas.?
Hemos visto cómo se dispararon las denuncias. Pero es complejo cómo nos expresamos sobre los temas, es por eso que aprovecho de decir que no es culpa del encierro, la situación de encierro no tendría por qué despertar la animadversión o la violencia. El estrés, por supuesto, pero el estrés o las emociones que nos puedan causar el encierro y la incertidumbre no tienen por qué decantar en violencia. La rabia es una emoción que debemos lograr contener como sociedad, debemos saber manejarla, y con eso también me refiero para defendernos de los verdaderos abusadores, y no hacia personas inocentes, por eso son tan necesarias las herramientas emocionales y los límites personales y sociales. Solo creo que la pandemia y todas las restricciones y situaciones que produjo, tuvieron la capacidad de evidenciar y resaltar lo que ya estaba. Si es que se dispararon los casos de violencia fue porque vivimos en una cultura que la tolera, si se disparó la precariedad o nos dimos cuenta de la precariedad de nuestra casa, es porque vivimos en un sistema subsidiario y sin protección social.
¿Has visto el teatro que se ha hecho por la plataforma online zoom? Y si es así, qué opinión te merece lo que has visto, la forma en que se han visualizado estas obras llamadas teatrales, su dramaturgia, las actuaciones, etc.
Ví algunas y creo que no debería llamarse “Teatro”. Creo que son creaciones digitales, en rigor, las obras por Zoom creo que deberían llamarse obras de artes mediales, como por ejemplo la obra “Random” dirigida por Francisco Krebs. En los casos de obras grabadas, estos se llaman “registros de obras de teatro”, y en el caso de las creaciones audiovisuales, está por ejemplo el trabajo de Trinidad González, como la obra que dirigió llamada “Espíritu” o donde participó como actriz, llamada “Oleaje”. El hecho que las hayan realizado creadoras y creadores teatrales no convierten al producto en “teatral”. Lo digo porque la esencia del teatro es la corporalidad presente en una co-presencia entre unx artista y una audiencia, o como le llama Jorge Dubatti, el convivio teatral.
Creo que son creaciones valiosísimas, que ya tenían su propio circuito, su propia audiencia y su propia teoría, como obras de artes mediales o, según sea el caso, obras audiovisuales. Seguramente ese circuito se ensanchó gracias a la pandemia. Creo que el temor de contagio de la pandemia nos empujó a explorar en estos formatos, a aprender de estos lenguajes que ya existían, y a pensar el escenario teatral como set, la dramaturgia como guión y lxs actores y actrices a enfocarse en la actuación frente a cámara y la locución.
Para concluir: ¿Qué opinión tienes de la crisis institucional, social, política, que acrecentó la pandemia y, segundo: cuál es tu parecer respecto al sometimiento, control y restricción de las libertades impuestas al mundo cultural?
Creo que estamos viviendo la Tercera Vanguardia Histórica. La vanguardia es la reacción al capitalismo, ¿no es cierto?, que suele ser un movimiento social acompañado de sus manifestaciones artísticas, las que expresan el corazón del movimiento, lo desnudan desde una autocrítica, porque lxs artistas por supuesto apoyan y forman parte del movimiento y muchas veces ya lo habían anunciado. Lo que ha pasado históricamente es que el capitalismo ha prevalecido, y ante cada rebelión por la dignidad y el bienestar humane, cada búsqueda de libertad propuesta por el movimiento social, el capitalismo se vuelve aún más represivo, vendiendo una idea falsa de bienestar, imponiéndose desde una violencia mayor. Pensemos en la Segunda Vanguardia y el movimiento social de los ’60-’70. ¿Qué pasó? En Chile hubo una dictadura y se vendió la idea de los créditos, mientras se escribía una constitución neoliberal detrás de la puerta. Hoy con la pandemia se está haciendo lo mismo, se está vendiendo la idea de que tenemos que pedir permiso para movernos y que no podemos hacer nada, ni siquiera ir a un restorán o al teatro o incluso ¡a un parque! sin el pase de movilidad.
¿Así va a ser desde ahora en adelante? ¿Vamos a tener que pedir permiso para hacer nuestra vida? Creo que estamos en un momento demasiado importante, estamos luchando por la abolición del sistema neoliberal, corriendo el riesgo de que, por debajo, se esté imponiendo un capitalismo peor y más agresivo que el neoliberal. Frente a esto el arte puede recordar, cuestionar, exponer, pero no cambiar materialmente un sistema de vida.
Me llama mucho la atención esta decisión del gobierno de Piñera de abandonar por completo, de forma tan evidente, a los sectores de las artes y la educación. Como decía antes, la pandemia vino a resaltar lo que ya estaba, y nos deja más que claro que un gobierno de derecha no quiere que nos eduquemos ni que cuestionemos y disfrutemos por medio del arte, sino más bien ha utilizado la pandemia para arrebatarnos la moral y las fuerzas, con el fin de que estemos en un estado de sumisión por cansancio y estrés producto de la incertidumbre y las ganas de salir y recobrar nuestra normalidad. Lo bueno es que nunca lo van a lograr, menos ahora que encontramos más formas de unirnos a nivel nacional e internacional, que seguimos activando nuestras artes y conocimientos en los medios digitales y que tenemos más opciones para encontrar información.
A partir de agosto estará disponible en la plataforma de Teatro Argentino Timbre4.TV. En Chile contará con funciones seguidas de conversatorios digitales con las integrantes del equipo e invitadas sorpresa el día 19 de agosto en el Centro MB2 de Arica, el 1 de octubre en el Teatro Azares de Santiago (Plaza Brasil), y en diciembre, en el marco del Día nacional contra el femicidio, en Fundación Cinecón+ de Constitución. Por otra parte, se presentará de forma semi-presencial con funciones digitales, pero con conversatorios post-función y un Taller de Dramaturgia presenciales impartidos por Montserrat C. Lucero, directora y dramaturga del proyecto, a mediados de octubre en el X Festival Integral de Artes escénicas del Teatro Huemul de Santiago (Barrio Franklin) y a mediados de noviembre en el Festival Fitich de Chiloé.