La pieza “El Purgatorio”: una mordaz sátira sobre el sistema educacional chileno que llega al Teatro Mori. Estrenada originalmente en 2016, la obra regresa bajo la dirección de María José Pizarro y con un nuevo elenco para conmemorar los diez años de trayectoria del Colectivo CTM, con funciones de jueves a sábado hasta el 10 de agosto en la sala Mori Bellavista. Desde el jueves 1 de agosto a las 20:30 horas, regresa a los escenarios “El Purgatorio”, un montaje inspirado en la noticia publicada el año 2012 sobre la Escuela Rural G-713 de Santa Juana, en la Región del Biobío, la cual contaba con un solo estudiante que debía caminar tres horas para llegar al establecimiento.
“Me conmovió mucho la noticia; un solo alumno en una enorme escuela y un único profesor que desempeñaba todos los roles, junto con las dificultades del niño para llegar a su colegio. Esa anécdota fue solo el puntapié inicial para crear una ficción, una comedia negra que habla sobre la precarización de los profesores, de la pésima educación pública, y de varios otros temas que generaban ruido en 2016 y que siguen vigentes hasta hoy”, recuerda María José Pizarro, dramaturga del montaje.
Es así como durante una hora se despliega la trama, que se sitúa en las cercanías del Volcán Villarrica, donde un grupo de profesores se ha coludido para aprovecharse del deficiente sistema de fiscalización de la educación rural, enriqueciéndose a expensas del Estado y de sus propios colegas.
En medio de este ambiente de vicios y corrupción, un nuevo profesor proveniente de Santiago llega a hacer clases a “El Purgatorio”, luego de encontrar una oferta publicada en internet. Esta situación desencadena un conflicto de intereses entre el recién llegado y los docentes establecidos, dejando al descubierto las complejidades morales y sociales de un sistema educativo en decadencia.
El actor Cristóbal Bravo interpreta al profesor que llega de la capital, sobre su personaje comenta: “Religión es un joven docente lleno de inspiración, contagiado por los aires revolucionarios de las movilizaciones estudiantiles de Santiago. Ha decidido apostar por una educación que transforme el espíritu de sus estudiantes. Por ello, este personaje es insistente, idealista y vehemente en pos de su amor por la enseñanza”.
En esta obra, el humor desempeña un papel crucial al generar una contradicción con lo que sería una narración realista de los hechos. Las críticas previas han descrito el montaje como una “comedia extrema” y “sátira exagerada”.
Sobre el uso de este dispositivo, Pizarro explica: “Soy una amante de lo grotesco y de la energía fuera de lo común, usando el cuerpo al servicio del montaje. En estos años hemos logrado establecer un lenguaje propio como compañía, y quienes nos siguen saben que nuestras obras ofrecen una mezcla de lenguajes escénicos que contribuyen a un resultado final único.”
Diez años del Colectivo Teatral Momentos (CTM)
En agosto de 2014 el Colectivo CTM vio la luz por primera vez con su obra “Sé-Name”, luego vinieron “Desdémona” (2015), “El Purgatorio” (2016), “Soledad” (2017), “Franco” (2018), “Justicia” (2021), “El Maldito Qlo” (2023) y “Vuela Alto” (2023).
Tras los años, su propuesta escénica se ha caracterizado por mezclar el teatro físico, el mapping, los universos sonoros y el cine, rompiendo la puesta en escena tradicional y potenciando la dramaturgia femenina en formato unipersonal, para llevar a los escenarios obras de teatro sociales, críticas y discursivas, con un gran despliegue técnico.
Sobre la decisión de celebrar su primera década con el reestreno de “El Purgatorio”, Pizarro explica: “Quise darle una segunda vida a la obra porque tuvo una sola temporada y murió, y siempre había gente que me preguntaba si la volveríamos a hacer. Por eso cuando pensé en nuestra celebración de los 10 años creí que era una buena idea resucitarla y para ello convoqué a los tres actores que han trabajado conmigo en monólogos para que formaran parte del elenco”.
En esta ‘resurrección’ del montaje, el público notará importantes transformaciones debido al cambio en la dirección; María José Pizarro es quien toma el mando esta vez. A diferencia de la primera versión dirigida por Francisco Martínez, que hizo modificaciones en la dramaturgia, ella ha decidido mantener el texto tal como lo escribió en 2016, respetando su visión original.
“Creo que la obra apunta a una contingencia que no está solo en el ámbito educacional chileno, sino que es algo más amplio. La sátira que hemos construido desde este peculiar colegio guarda relación con el fenómeno de la corrupción de este país, en donde cualquier institución creada en pos del desarrollo social termina utilizándose en provecho de unos pocos”, concluye Cristóbal Bravo.