Nos sentamos casi en primera fila con mis vetustos acompañantes, uno de ellos amenazando con roncar durante la obra porque el título se le hacía panfletario: “Escenas de una población en resistencia” que está presentando la compañía “Escena Crítica” en la sala “Teatro Sidarte”. Debo reconocer que sentí un pequeño placer cuando salieron de la función comentando lo buena que resultó la presentación, porque vaya que es difícil hacerle el gusto a estos dos.
Y cómo no; el comienzo es una conferencia donde nos amenazan con una cantidad no menor de material investigado acerca del teatro callejero, ese que vivió entre las ollas comunes y las balas en el periodo más oscuro de nuestra historia reciente: la dictadura de Pinochet. De pronto un golpe en la mesa me hace saltar, y los actores Cristián Lagreze, Benjamín Bravo y la actriz Romina Escobar comienzan a actuar brillantemente esos desgarradores pedazos de la historia que vivieron aquellos valientes en resistencia. Esto es algo que no hay que olvidar, las compañías de teatro, a pesar de las amenzas y atentados que sufrieron, siguieron adelante siendo, muchas veces, tremendamente subversivos. De esto se trata la memoria.
Me sentí conmovido durante toda la función, pero en especial en aquella escena de la sala de profesores; pude revivir en cada célula el horror a ser denunciado, de ser acusado por solo pensar distinto al régimen y que mis compañeros y compañeras podían tener ese poder sobre mí y terminar desapareciendo sin siquiera haber levantado mi puño en señal de protesta. De eso se trata la memoria.
Me sorprendió la habilidad en cómo utilizan los recursos; como centraron mi atención en puntos específicos de la gran escena haciendo primeros planos interviniendo la proyección; tiene que verlo para que me entiendan. La sumatoria de todos esos recursos hace que la puesta en escena sea todo un éxito. No hay ni un solo movimiento que entorpezca la presentación, ni siquiera los cambios de escenografía, todo es perfectamente sincrónico.
Hacia el final, y como una especie de homenaje, aparece en el escenario el único sobreviviente de aquellos aguerridos compañeros: Roberto Pablo, de los tiempos en que jugaban al “gato y al ratón” con las Fuerzas Especiales de Concepción. Mis viejos camaradas creyeron que estuvo demás; yo hice la defensa, pero solo por un rato, terminé por reconocer que tenían razón; se sintió más como una manipulación de las emociones que un aporte a la investigación tan bien actuada. Pero, como decía mi abuelo, para el gusto están los colores.
Aplausos cerradísimos para “Conferencia escénica: Escenas de una población en resistencia”. Se está presentando en la sala “Teatro Sidarte” de Ernesto Pinto Lagarrigue 131 Recoleta.