El año 2018 terminó y haciendo un recuento de nuestros estrenos en danza, se vienen las imágenes de aquellas propuestas escénicas que dejan rastros en nuestra memoria.
Cada una de las propuestas deja algo y eso es muy importante: que el espectador se lleve consigo algo que lo impacte, lo conmueva y que incluso lo enoje. Pero que nunca se retire vacío de emoción y sentimientos de la sala.
A veces se confunde lo visto aquí o allá. ¡Qué bueno cuando hay programa! No solo sirve para que cada compañía o grupo tenga su registro de actividades; donde la mayoría de las veces se olvidan de poner el año, sino que el papel nuevamente te ubica el contexto. Es como la música, los olores, las memorias, la percepción se agudiza y regresan las imágenes.
¿Por qué sentimos mayor acercamiento a uno u otro montaje coreográfico? ¿Es social? ¿Es cultural? ¿Tiene que ver con ser profesional del tema? ¿Tiene que ver con la mayor o menor sensibilidad de cada espectador? Incluso sentimos que lo que nos acontece en el día en que fuimos espectadores nos puede predisponer a la crítica positiva o negativa.
Me pregunto si todas las actividades para crear audiencias ya han contestado estas dudas. Estos programas se vienen desarrollando hace tiempo como una forma de capacitación para que la ciudadanía asista a los teatros, asista a ver espectáculos de las artes escénicas, que para la gran mayoría son desconocidos. Los consideran elitistas, con mensajes herméticos, caros, no los entienden, y un largo etcétera; y por lo tanto es difícil llenar los espacios escénicos y se debe hacer un enorme trabajo de difusión para contar con público en nuestras temporadas de danza.
Es una lástima no tener los “datos duros” para saber si estamos creciendo no solo en creación coreógrafica sino en audiencias, en espacios, en visibilidad como disciplina artística tanto en los medios escritos como en la televisión abierta o por cable. Seguramente desde el Ministerio de las Culturas, el Arte y el Patrimonio, tendremos en los próximos meses la información completa.
Felicitaciones a todos/as los/as creadores/as por su perseverancia en hacer de este mundo un mundo mejor a través del arte. Muchas de las compañías existentes en el país son independientes. Solo hay tres compañías oficiales (subvencionadas con acceso a los teatros, contratos y sueldos para sus integrantes), y además residentes en la Región Metropolitana. Son un porcentaje menor del mundo de la danza nacional. Sin embargo, todo el universo de la danza esta comprometido con su quehacer artístico.
Afortunadamente contamos con un tipo de financiamiento para la creación a través de un fondo concursáble, como el FONDART – nacional y regional – . Ello implica que un porcentaje de los artistas independientes pueden realizar sus creaciones con financiamiento proveniente del Estado. Presupuesto que nunca abarcará el 100% de los que postulan porque el universo de la danza crece y el presupuesto solo cubre un porcentaje menor.
Esta situación especial no implica que aquellos que postulan y no consiguen ser seleccionados, se queden esperando otro año al próximo llamado. No; ellos se aplican y crean, con desventajas pero con un talento que no necesita concursar sino desarrollarse. Dicho así parece muy idílico, pero hay algo de ello cuando la necesidad de expresarse les dice que deben seguir perseverando y luchando.
Los asistentes a los teatros no saben de estas dificultades porque aparentemente no es su problema. Pero sí lo es. Si tuviéramos las salas llenas y pagando cada uno su entrada, los profesionales de la danza, podrían tener equipos de trabajo con todos/as aquellos/as involucrados/as en el proceso artístico, y comprometidos/as con la variedad de conceptos, inspiración, propuestas estéticas y trabajo y, como cualquier otro profesional, vivir de su profesión.
Me refiero a ello porque después de escribir este encabezado no puedo decir en forma crítica, esto o aquello me gustó. Si nos seguimos esforzando por hacer nuestro trabajo artístico cada vez con mayor rigor, sin perder nuestra estética, nuestra identidad y la oportunidad de crear contenidos sin censura estando en un país democrático para que convivan diferentes propuestas. Sin ofrecer aquello que supuestamente al público le gusta. Sin transar. Y con la ilusión que llegue un momento en que la sociedad tenga hábitos culturales sólidos. Una sociedad multicultural, pluralista y que la oferta cultural satisfaga a todos.
Hoy contamos con nuevos Centros Culturales en muchas regiones del país, además de los teatros existentes en Santiago y salas multifúncionales; pero no tenemos un “Teatro de la Danza”. Tarea pendiente para las próximas generaciones. ¿O en el futuro no será mejor contar con espacios en los que cada uno pueda y deba recrear a su estilo? ¿Y donde el público pueda visualizar desde perspectivas diferentes?
Tenemos la fortuna de aportar a la escena no solo desde la danza y el movimiento, sino fusionándolo con cualquier otro ámbito de las disciplinas artísticas. Esto no es nada nuevo, ya lo hacían los griegos en el s.VI a.c. Pero hubo un momento en la historia de la danza en que ésta se desarrolló en un ámbito mas cerrado, para luego dar espacio a lo multimedial y no es raro ni especial encontrar obras que son capaces de introducir elementos de otras disciplinas artísticas.
Este 2018 los elencos oficiales tuvieron sus ciclos de danza donde estrenaron con gran recepción. Quiero destacar: CLAUDE CAVE´S, de la coreógrafa inglesa Carolyn Finn, con la compañía del BANCH (Ballet Nacional Chileno) en el mes de Agosto, Teatro Universidad de Chile. Obra poética inspirada en el compositor Claude Debussy. No pretende ser una biografía del compositor, va mas allá, se adentra en los sueños de ambos creadores con 100 años de diferencia, con 100 ideas que se desarrollan en el escenario donde vimos a un elenco felizmente comprometido con la propuesta.
Quiero destacar dos obras de la danza independiente: EN LUGAR DE NADA. Coreografía de Joel Inzúnza con el Ballet Municipal de Cámara Valdivia, en abril-mayo. Suerte que con los nuevos objetivos de la cartelera del GAM, pudimos disfrutar de este montaje con bailarines de la Región de los Ríos. Gran despliegue en el espacio, fuerza interpretativa y entrega. Notable la generosidad y el convencimiento de este elenco para hacernos llegar su trabajo, la convicción de que lo que allí sucedía era verdadero, su entrega total y desde el alma.
En el mes de Agosto tuvimos la oportunidad de que nos visitara Pedro Fernández con su último montaje, LOTA LAS MUJERES DEL CARBÓN. Este coreógrafo y bailarín flamenco que reside en España logró traer esta obra, que mezcla lo flamenco con lo chileno, incluyendo la cueca. Obra histórica de gran fuerza dramática que pasa fluídamente de uno a otro estilo de danza, sin que ello se vea forzado. Bailado magistralmente (elenco español) resulta una obra contemporánea de alto nivel por su contenido, por su puesta en escena, por el uso del espacio, por la versatilidad teatral de sus intérpretes. Todo entrelazado con gran armonía, resultado de un trabajo en que se ajustan las piezas como en un perfecto rompecabezas, y fue grato sentir como el público respondió tan calurosamente a esta puesta en escena. Todo ello fue reconocido por el Circulo de Críticos de Arte de Chile y fue premiado como mejor coreógrafo 2018.
En noviembre terminó el Ciclo de Danza en la Sala Arrau del Teatro Municipal. Esta sala se ha instalado como un espacio para la danza independiente y las actividades están auspiciadas por el Ministerio de las Culturas el Arte y el Patrimonio a través del Área de Danza. Interesante espacio de difusión por la diversidad de las propuestas coreográficas que allí se presentan, previa postulación y selección, todas ellas en mediano formato ( aprox. 30 minutos cada una ), y con grupos venidos de diferentes regiones del país.
Tuve la suerte de ver ASOLACIÓN, DANZA CONTEMPORÁNEA, coreografía de Martín Andrade, quien está afincado en Punta Arenas. Dúo que transita por una parte de la historia del sur de Chile. Un homenaje para aquellos pueblos originarios que fueron exterminados por los colonizadores, en un afán de “civilización”. Cada escena tiene su propio espacio en el que un hombre y una mujer, cubiertos de polvo blanco, transitan por diferentes historias. Historias de amor, nacimiento, represión, religiosidad, dos mundos antagónicos, uno avasalla al otro y la historia se repite, colonización, despojo de identidad, memoria, y olvido de aquellos habitantes, nuestros antepasados, sin posibilidad de retorno.
La escena nos transporta con barquitos de papel a un mundo acuático; una luz rasante por la cual la intérprete se desliza con delicadeza, semi desnuda. Hermosa manera de traer al teatro el mundo terrestre y el mundo marino, mundos en que se mueven los habitantes del extremo sur del país. En el ir y venir de la historia no se dejan llevar por la música, sino que ésta ocupe un sitial de acompañante y de hilo conductor de los movimientos y las emociones. Iluminación bien lograda en pos de dar mas intensidad dramática.
Cabe destacar, por lo insólito de la situación, que en esta última función en la que se presentaron dos compañías y que comenzó con una buena asistencia de público después del intermedio bajó a la mitad. ¿Por qué?. Se me ocurren múltiples explicaciones pero solo puedo aventurar una, la falta de cultura de nuestra sociedad. Por qué no esperar a que termine la función y reflexionar sobre lo que se está viviendo en ese momento, las distintas puestas en escena. Otros bailarines, otras formas de enfrentar los contenidos de las creaciones coreográficas, reflexionar sobre las vivencias de ese instante irrepetible, ese instante único que es un puesta en escena. Lamentable.
Si bien no tiene que ver con la creación dancística, sí tiene que ver con la internacionalización de la danza contemporánea chilena y quisiera compartir una noticia que no fue muy difundida, quizá si lo fué en las redes sociales que no todos los grupos etarios comparten. Durante el mes de agosto Chile participó, por primera vez en la V Feria Internacional de Danza Contemporánea mas importante que se realiza a nivel mundial, la NWTanzmesse, que tiene lugar en Düsseldorf, Alemania, y es bianual. Tiene como objetivo principal promover el diálogo, el intercambio y las oportunidades entre artistas, agentes y plataformas de circulación de la danza contemporánea. Actividad que fue gestionada y financiada por el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, la DIRAC y ProCHILE.
Una delegación de 15 integrantes, de diferentes plataformas y proyectos colaborativos de la región del Biobio, Los Ríos, Los Lagos y RM., tuvimos la oportunidad de compartir con agentes culturales de países de Europa, de Asia y, por primera vez, de Latinoamérica.
En la programación oficial la obra LA BAILARINA, con coreografía de Paulina Mellado, integró la parrilla de los espectáculos exhibidos. Esta obra fue seleccionado, por un jurado externo, entre todas aquellas obras que postularon. El interés que mostraron los mercados europeo, asiático y americano, es debido a la seguridad política, social y económica existente en nuestro país, mostrándose gratamente sorprendidos de la producción dancística chilena.
Confiamos en que las autoridades culturales tengan la visión de seguir construyendo un camino que permita que la danza chilena, como parte de la cultura y el arte nacional, siga abriéndose al mundo y tenga las oportunidades para mostrar y desarrollar su arte.
Es grato comprobar, tanto dentro como fuera del país, que la danza chilena sigue creciendo, innovando, y desarrollándose y vale la pena felicitar a todos aquellos, institucionales e independientes, que son los responsables de estos resultados. ENHORABUENA !!!
CARMEN AROS.
Coreógrafa e Intérprete. Compañía GENERACIÓN del AYER.
Premios ALTAZOR 2010 Bailarina. 2011 Coreógrafa.